Los familiares de los tripulantes del Rigel mantuvieron una reunión en la sede de Prefectura con las autoridades tras el hallazgo del casco del pesquero. Al salir del encuentro, expresaron su angustia. “Queremos encontrar a nuestros chicos, estamos muy mal”, expresó Juan Carlos Mieres, el papá de Luciano.

“Lo único que nos dicen es que encontraron el barco, no nos dicen si encontraron los cuerpos. Es lo mismo de siempre”, sostuvo el hombre en diálogo con Telediario, el noticiero de Canal Diez, que estuvo presente en la reunión que se extendió por más de una hora.

Al mismo tiempo, indicó que esperan que las condiciones climáticas en la zona mejoren para que puedan trabajar los buzos.

Uno de los hermanos de Mieres, que también es pescador, acompañó a su familia que viajo desde Corrientes para reunirse con las autoridades de Prefectura. “Mi hermano salió en un barco que no estaba listo para navegar lejos. Hay que investigar bien el barco, inspeccionarlo”, enfatizó.

“Nos mostraron una foto. Es muy duro porque vimos algo distinto a lo que ya nos habían mostrado”, expresó Guillermina Godoy, mamá de Nahuel Navarrete.

La mujer indicó que los familiares habían solicitado una videoconferencia con el juez el juez Gustavo Lleral para este lunes, sin embargo se pasó para el martes.

“Esta es otra etapa, confrontarte con otra realidad distinta a la que teníamos hace una semana. No queríamos que fuera otro Repunte, pero es la misma historia”, remarcó la mujer.

La Prefectura Naval Argentina encontró el pesquero Rigel luego de un gran operativo de búsqueda que incluyó más de 100 efectivos, medios de superficie, aéreos y terrestres exclusivamente destinados al rastreo del pesquero desparecido desde el 4 de junio.

La institución que lleva adelante Eduardo Scarzello nunca detuvo la exploración por aire, agua y tierra a pesar de las malas condiciones climatológicas que se dieron en la zona durante todo el mes.

La tecnología de última generación del “Tango”, sus equipos especiales diseñados para realizar investigación subácua con sondas de barrido electrónico y la inmersión del ROV (robot operado a distancia), hicieron posible dar con el casco de la embarcación a 93 metros de profundidad y 44° de latitud sur y 062° longitud oeste.