Los vecinos del barrio rosarino de Luedeña, Rosario (Santa Fe) continúan conmocionados tras un aberrante hecho: una adolescente fue violada el pasado sábado por al menos 10 personas tras haber sido sedada con una mezcla de pastillas y alcohol en su propia fiesta de 15.

El principal acusado es otro chico de la zona, que habría tenido una relación con la víctima hace un tiempo, y que ya se entregó a la policía.

Una vecina de la chica contó que la menor festejó en su casa su cumpleaños y que posteriormente un chico “se la llevó a su casa, le dio bebida con pastillas, la piba se durmió y abusaron de ella diez personas”.

“La tuvieron que coser, la rompieron toda por dentro, le hicieron transfusión de sangre… Es terrible lo que le hicieron”, indicó la mujer al diario La Capital.

La joven quedó internada en Policlínico Eva Perón de Granadero Baigorria y según informó este lunes el director, Jorge Kilstenin, “la paciente está bien, internada en la sala de ginecología del hospital, en una habitación individual”.

“Está compensada y acompañada por la familia y por miembros del equipo de salud mental. Podríamos decir que está fuera de peligro, pero no en condiciones de tener el alta médica”, afirmó.

La propia víctima, cuando la encontraron, señaló al ahora detenido, un joven identificado como Facundo, pero también nombró a varios amigos del acusado “incluyendo hombres mayores”, por lo que se radicó una denuncia por la violación en manada que es investigada por el fiscal de la Unidad de Delitos Sexuales, Ramiro González Raggio.

No obstante, el fiscal aclaró que por el momento “no hay elementos para sostener esa teoría”, aunque todavía no descartan la participación de más personas. Y anticipó que pedirá la prisión preventiva para el joven detenido.

De todos modos, el barrio estalló el pasado domingo y unos cien vecinos se manifestaron frente a la comisaría 12ª donde se encuentra alojado el presunto abusador, a quien acusan además de haber planificado el ataque sexual.

El grupo exigió hablar con el fiscal de la causa y pedirle la detención de los otros nueve acusados, pero la situación se salió de control. “Estábamos tranquilos, bien, pero la Policía empezó a reprimir a todos, chicos y gente grande”, contó una vecina.

Varios testigos de ese momento aseguraron además que los efectivos reprimieron con balas de goma a la gente que quemaba cubiertas a modo de protesta delante de la seccional.

“Si tan solo conocieran a Mili como la conozco yo, entenderían el dolor que me causó todo esto, es un pan de dios, una nena de mamá y papá que sólo esperaba este día tan soñado para su fiesta”, escribió en Facebook una conocida de la nena, en reclamo de justicia. Y lamentó que “nada fue como ella lo soñó por que estos mal nacidos le cagaron su vida dejándola internada sin saber cómo va a quedar”.