Continúan “atrincherados”. Dos comercios dedicados a la venta de electrodomésticos y productos de electrónica atraviesan una profunda crisis por la que 34 familias marplatenses temen por quedarse sin trabajo, además de la enorme deuda que acumula la empresa, que asciende a $200 mil por empleado.
Se trata de las firmas Compumundo y Garbarino, la primera de las cuales bajó la persiana de su local de Rivadavia y La Rioja la semana pasada, mientras que la restante (ambas pertenecen a la misma firma) tiene a su personal dentro del local de Rivadavia al 3000.
Esta situación no se modificará, de acuerdo al testimonio del secretario gremial del Sindicato de Empleados de Comercio, Darío Zunda.
“No solo es la incertidumbre de lo que está pasando, sino la profunda angustia después de casi tres meses que estos señores no aparecen con dinero para pagar los sueldos. Estamos en momentos de mucha tensión, con el local tomado y va a seguir así hasta que nos den una respuesta”, indicó
“No cobran una parte de abril, mayo, junio ni aguinaldo. Se debe todo eso, incluso con el aporte del Gobierno que ha colaborado con Rosales, quien es el propietario, por subsidio de planes por $170 millones. La deuda es de $200 mil por trabajador, que ya no tiene accesibilidad a nada”, detalló Zunda, según consignó elmarplatense.
Por otra parte, el secretario gremial destacó que “la empresa niega una situación de crisis que es más que evidente. Había un comprador, pero ha retrocedido y hay números que no le cierran porque ya con lo que se le debe a los trabajadores hay $900 millones en todo el país”.
En cuanto a las sucursales de Mar del Plata contó que “en este momento hay 31 empleados de Garbarino, 3 de Compumundo, sin contar el personal de gerencia que no los tenemos convencionados”.
En relación a las medidas de fuerza, Zunda manifestó que “tenemos grilla de toda la semana con toma del establecimiento. Estamos haciendo público que la gente quiere trabajar, abrir, vender y cobrar. El propio dueño está impidiendo que eso se haga. Vamos a tener fuerte presencia en la calle a la espera de un tipo de solución”.
Sobre respuestas empresariales, confió que “buscan culpables de situaciones que no existen. Esto no es un conflicto gremial que lleva a la empresa a la quiebra. Este es un empresario con pocos escrúpulos y sin sentido común, que tiene otros negocios y sponsorea equipos de fútbol”.
“Ojalá aparezca un inversor y estamos sospechando que esto puede ir a un concurso o a una quiebra, lo que desataría un conflicto a escala nacional que no tiene vuelta atrás”, cerró el representante del Sindicato.