Me presento, soy Emiliano Hines, vecino de toda la vida del barrio Reserva Forestal Las Dalias, biólogo licenciado y actualmente cursando el doctorado en la misma disciplina.

Aprovecho la oportunidad de publicar y tratar de sumar un grano de arena a la situación que se viene desencadenando en la Reserva Forestal Parque Camet (así figura en la página municipal: https://www.mardelplata.gob.ar/Contenido/reservas-naturales-y-forestales).

Actualmente hay un plan del gobierno municipal de partir y repartir las tierras de la Reserva Forestal Parque Camet. Cediendo permisos de uso precarios a entidades deportivas privadas: MDQ Hockey, Club Cañón, Club Unión y Club de Polo. Son similares a los que brindan a los balnearios privados, en detrimento del espacio público en las playas de Mardel. Además de los clubes que ya lo ocupan: Biguá Rugby Club, Pueyrredón RC, Club Hípico, comisaria 15°, destacamento de montada y el inconcluso Polideportivo Norte. Además de otros proyectos, anunciados también por el mismo municipio, como la construcción de un planetario.

El Parque Camet actualmente está bajo la órbita de EMDER, el cual en su proyección planea ceder con estos permisos hasta el 50% de la superficie del parque. Todas las reservas de Gral. Pueyrredón están bajo la órbita de esta oficina de deportes, cuando en realidad debieran estar bajo la tutela de la Secretaría de Medio Ambiente, devenida a una comisión integrada por unos pocos concejales.

El EMDER, bajo el justificativo de que el parque, “NO es una reserva forestal” (desmentido por ellos mismos en su página, link arriba), cuando todos los barrios que lo rodean, sí son reservas. Bajo esta excusa, se está regalando superficie pública, con la promesa de que las entidades que ocupen el espacio mantengan el predio. Dibujan la entrega, diciendo a la población de Mar del Plata, que estos clubes sacan a los pibes de la calle y así evitar que caigan en delincuencia o drogas, los venden como espacios de contención. La realidad es que eso no ocurre, si no se paga la cuota del club, no podes pasar la puerta.

El compromiso de mantenimiento, queda en promesas, a la vista está el caso del club Biguá, donde su presidente Sebastián Garro (director general de Asesoramiento Técnico a ONGs), y socia estrella Vilma Baragiola (concejal), aprovechando su posición dentro del municipio y en plena representación de un club privado (donde la cuota es de carácter obligatorio, en tierras de todos). Estos dos personajes, entre gallos y media noches, tramitaron la ampliación del club en 3 hectáreas sobre a calle Gandhi. Y tienen en vista otras dos hectáreas sobre Beltran, las cuales están delimitadas con pilas de tierra. Han abusado de su poder dentro del gobierno, al punto de utilizar maquinarias municipales para acondicionar la toma de tierras y construcción de una cancha de césped sintético sobre tierra, donde ya existía un césped natural. Talaron 20 ejemplares de Eucaliptus, en plena pandemia (año 2020), instalaron dos antenas de telefonía a escasos metros donde viven vecinos del barrio. Y la última fue, hace tres semanas, se cortó el asfalto de la calle Beltran, la cual fue repavimentada en la gestión anterior, para conectar el club Biguá a algún servicio de obras sanitarias. El problema es que, dicha obra corta la calle al medio dejando un bache de 35 cm de ancho por una profundidad importante. Generando un peligro para los vehículos que circulan, reduciendo la circulación a una mano y entorpeciendo el tránsito, donde corren dos líneas de colectivos. Y no hay vistas de que la obra sea finalizada a la brevedad.   

Demás está acarar que el parque a lo largo de las últimas gestiones lo han dejado venir abajo en su mantenimiento, justificándose que no hay presupuesto. Con lo que quedó inconclusa la única obra de carácter público, el Polideportivo Norte, el cual está en total estado de abandono, al punto que hay plantas bien desarrolladas creciendo en su techo. Obra que nos costó a todos los marplatenses $17.822.343.40 en el año 2014, al cambio dólar oficial ($8,46) en ese momento eran $2.106.659.98 dólares. Obra cancelada por la gestión de Arroyo.

Todas estas situaciones detalladas: entrega de espacios públicos; obras sin contemplar riesgos ni derechos de quienes somos vecinos; toma de decisiones de alto impacto ambiental, luego de discursos demagógicos sobre el cuidado del ambiente. Van en detrimento de la sociedad y el medio ambiente. Actualmente la Reserva Forestal Parque Camet, es el único predio público libre de la ciudad, de características comparables con los bosques de Palermo o Central Parck de New York, imaginen al alcalde de NY regalando tierras del Central Park, de mínimo lo cuelgan en la plaza. El Parque es un espacio que brinda al ciudadano, lo que se llama servicios ecosistémicos, que son todos aquellos beneficios que los ecosistemas les brindan a las personas. Estos Incluyen servicios de aprovisionamiento como alimento y agua; servicios de regulación, como por ejemplo flujo y control de disturbios; servicios culturales como pueden ser los recreacionales, espirituales y beneficios culturales; y servicios de soporte tales como el ciclo de nutrientes, que mantienen las condiciones de vida sobre la tierra, por nombrar algunos. Y lo más importante, es de todos, no de un club que llega para quedarse.

En un intento de dialogo con la presidenta de la comisión de medio ambiente, Angelica Gonzales, se le planteó la situación que estábamos viviendo como vecinos. Lo primero que dijo ni bien bajó del auto fue, cito: “esto no es una reserva forestal”. Y la respuesta a lo planteado por situación del parque fue, que debíamos “hacer lobby” en el municipio, así como hacen los directivos de las entidades que buscan emplazarse en la Reserva Forestal. Por lobby supongo será andar por los pasillos de la Muni invitando cafecitos en la esquina y chamullando concejales.

Como biólogo y marplatense, ser testigo de estos hechos es muy doloroso y genera mucha impotencia, siendo egresado de la UNMDP, donde me formaron con conciencia ambiental, y trabajando actualmente en el sector de contaminación. Ser testigo de la desidia de los políticos votados por el pueblo para representarnos a todos. Y ver que, en lugar de ello, representan a poderes locales, con capacidad de “hacer lobby” es terrible. Lamentablemente esto se replica a nivel provincial y nacional; sin distinción de color político. Como marplatenses lo hemos vivido con la reserva del puerto rellenada por el Club Aldosivi (tierras provinciales), o la gestión nacional para permitir las petroleras frente a Mar del Plata. A las cuales, irónicamente o hipócritamente, el intendente Montenegro se opone, por puro marketing político. Dado qué, puertas adentro, permite desastres como lo relatado en base a Camet, pero también Luna Roja y toda la reserva costera, Laguna de los Padres, privatización de playas y el descontrol de pluviales que descargan sin filtro toda la mugre al mar donde nos bañamos, por nombrar algunas problemáticas de la ciudad. Por lo que, apelo a la conciencia y memoria del lector, que se sepa cómo son nuestros dirigentes a la hora de esgrimir el poder que le damos. Con que el mensaje llegue a abrir los ojos de un lector, el tiempo dedicado a plasmar mi opinión valió la pena.

Bache sobre Beltran: 3 semanas así, el martes a la noche, recoloqué los carteles que estaban sobre la vereda. Para evitar una tragedia, en moto o bici es un palo asegurado.

 

Antena de telefonía Biguá: cruzando la calle hay viviendas, utilizan el predio público, porque las tierras no son de Biguá, son de todos, para alquilar la colocación de antenas de telefonía, sacan un redito de permiso de uso precario. 

Polideportivo Norte: si se hace zoom, sobre el techo se puede ver pastizales bien desarrollados creciendo en el techo. En las siguientes fotos, se puede observar el abandono del edificio, el monto de obra y plazo de construcción.

Cancha de césped sintético de hockey, club biguá.

Predio cedido al Club Cañon: dentro quedó una cancha de futbol pública, y está totalmente alambrado en su perímetro. Actualmente están preparando el lugar para desarrollar el club, más cemento sobre espacios verdes.

 

Emiliano Hines, vecino de toda la vida del barrio Reserva Forestal Las Dalias y biólogo de la UNMDP.