El pasado viernes, tres hombres de una misma familia habían sido condenados por abusar sexualmente de tres niñas de su familia, pero los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal N°1 en la sentencia decidieron que quedaran en libertad en tanto su condena no estuviese firme.

Ante esta situación, allegados a las víctimas y vecinos del barrio Libertad ayer fueron hasta la casa de los abusadores, intentaron incendiarla y balearon al amigo de uno de los sujetos.

Según informaron fuentes judiciales consultadas por el portal lacpaitalmdp, vecinos del barrio Libertad crearon un grupo de Facebook en donde convocaban a quienes quisieran hacer “justicia por mano propia” contra los tres hombres que habían sido condenados días atrás por haber violado en reiteradas ocasiones de tres niñas.

En el grupo de Facebook “invitaban” a participar de un intento de linchamiento, que consistía en ir el jueves a la noche hasta la casa de los condenados -un hombre de 70 años y dos hermanos de unos 30- y prenderla fuego.

Es así como el jueves, cerca de las 22, se desató un nuevo horror en el barrio Libertad. Un grupo de vecinos y allegados a las víctimas, que no estaban de acuerdo con la resolución del TOC N°1 en que los condenados siguieran en libertad, fueron decididos a prender fuego la casa de la calle Río Negro, donde el mayor de los sujetos, abuelo de las víctimas, cumplía con su arresto domiciliario.

La turba de vecinos comenzó a arrojar piedras contra las ventanas de la casa y a prender fuego el domicilio, e incluso dispararon armas de fuego contra la propiedad, causándole una herida en la oreja izquierda a un hombre de 31 años, amigo de uno de los condenados.

Un llamado al 911 alertó a la policía de lo que sucedía e inmediatamente fueron hasta el lugar para evitar que la situación pasara a mayores. Luego de controlar al grupo de personas que quería incendiar el lugar, se entrevistaron con las personas que estaban dentro de la casa -dos de los condenados, una mujer y el amigo baleado- y al constatar que había un hombre herido de arma de fuego solicitaron una ambulancia para trasladarlo al Hospital Interzonal.

El nosocomio constataron que la víctima tenía heridas leves en la oreja izquierda, ya que la bala solo le rozó la cabeza.

Con la policía en el lugar, la violencia disminuyó pero el ambiente siguió tenso. Tal es así, que una vez que los efectivos se fueron del lugar, este viernes por la mañana los vecinos del barrio Libertad intentaron incendiar la casa en otras dos oportunidades, por lo que el fiscal Fernando Castro dispuso que personal de infantería de la Policía Bonaerense se apostara en el lugar.

Al momento no hay detenidos por lo sucedido y el fiscal Castro ordenó una serie de pericias para intentar identificar tanto a los que participaron en los violentos episodios como a quienes instaron por Facebook a linchar a los condenados y quemar su casa.

Cabe destacar, que durante el juicio que finalizó el viernes 13 de julio, y por el cual fueron condenados los tres abusadores a penas de 3, 6 y 12 años, el fiscal Fernando Berlingeri había solicitado a los jueces del TOC N°1 que las condenas fueran con prisión efectiva y que no quedaran en libertad.

Sin embargo, los jueces Javier Viñas, Facundo Gómez Urso y Fabián Riquert entendieron que “por no haberse acreditado la peligrosidad procesal de frustración del proceso y fuga” pueden permanecer sin ser detenidos en tanto la sentencia no esté firme.

Los hechos que se ventilaron en el TOC N°1 quedaron al descubierto cuando la madre de las niñas (cuyo padre es hermano, hijo y cuñado de los hoy ya condenados) regresó de un viaje de Formosa en el año 2014 y su hija mayor le trasladó algo que le había dicho la más pequeña, de entonces 4 años. Que había venido el tío Carlos y le había bajado las medias can can y que la había apoyado y, que en ese momento, estaba la abuela presente. La hermana mayor le dijo a a su madre que había querido bañar a su hermana más chica y que “tenía la cola colorada”.

Ese día de 2014 las dos hermanas mayores, por entonces de 11 y 12 años, estaban acomodando ropa en un ropero y terminaban de contarle a la madre lo de la más pequeña. Solo bastó una mirada para dar el paso que tanto habían retenido, por vergüenza, por miedo. Y se decidieron a decirlo todo.

Desde ese momento se inició un tortuoso sendero de revelaciones de las hijas más grandes que incluyó una carta escrita por una de ellas. Allí mencionaba que su abuelo le tocaba sus partes íntimas y la apoyaba y que su tío Carlos la había abusado. Que también su tío Carlos le había sacado fotos desnudas, una cuando tenía puesta una remera amarilla. Que una de las niñas había sido obligada a practicar sexo oral por su otro tío, Luis, hechos que sucedían en un terreno que tenía tres casillas y en las que vivían todos los miembros de la familia. La madre de las menores recién pudo hacer la denuncia cuando consiguió otro lugar para vivir.

Finalmente se halló responsable a uno de los tíos de cinco hechos de abuso sexual con acceso carnal contra dos de sus sobrinas, uno de abuso sexual simple contra la menor y un hecho más de corrupción de menores. Y se le aplicó la pena de 12 años de prisión.

Al otro tío se le probó un hecho contra la hermana mayor por abuso sexual con acceso carnal por el vínculo con una pena de 6 años y al abuelo se lo condenó a 3 años por el abuso sexual simple de la hermana del medio. A la abuela no se le probó que omitiera intervenir y ser testigo de los aberrantes ataques sexuales.