El rojo del organismo previsional es de 2 mil millones de pesos por mes. Y para no ensancharlo, la Provincia resolvió que no obligará a retirarse a aquellos trabajadores que cumplen con los requisitos de edad y aportes.
La gestión de Axel Kicillof adoptó una decisión: frenar el sistema de jubilaciones de oficio que imperó durante buena parte del gobierno de María Eugenia Vidal.
La idea es que la plantilla de casi 300 mil beneficiarios del IPS no se engrose por decisión del propio Estado, y que los empleados estatales y docentes ya no cesen en el cargo en forma obligatoria cuando cumplan la cantidad de años y aportes previsionales requeridos por ley. El gobierno de Cambiemos fue taxativo en esa cuestión: intimaba a los agentes y los notificaba de que debían acogerse a la jubilación.
La caja previsional es una de las joyas de la Provincia. Los intentos por armonizarla a los parámetros de la Anses han fracasado una y otra vez, producto del férreo rechazo de los sindicatos. Es que el sistema que rige en territorio bonaerense es por demás ventajoso, ya que, entre otras cuestiones, asegura movilidad automática de los haberes porque los aumentos que se consiguen en paritarias se trasladan en forma automática a los jubilados.