Ayer movilizaron en Mar del Plata, no fue por los irracionales tarifazos de luz, gas o agua. Tampoco se pedía por la apertura inmediata del sanatorio Eva Duarte para nuestros abuelos, cuyas clínicas están totalmente colapsadas. No sería una locura si se estaba marchando contra el saqueo al Anses, donde se encuentran nuestros aportes y del que algún día todxs vamos a jubilarnos…pero tampoco.

No parecían preocupados por una paritaria que resulta ridícula ante una inflación que no solo es alta, es incontrolable, y la cual nos obliga a reducir indefectiblemente nuestros gastos dejando de consumir todo lo que no sea básico para vivir (y en el mejor de los casos).

Hubiera sido entendible, que se movilicen cientos por los miles de pibes que acuden a nuestros comedores sostenidos a pulmón por muchísimos compañerxs y tampoco parecían indignados o preocupados por una ciudad cuyo índice de desempleo está arraigado a una desesperanza total, donde la desocupación no se transita de forma transitoria si no permanente.

Por un momento pensé que marchaban contra los abortos clandestinos, un negocio en el que tu vida vale relativamente lo que puedas pagar, y si pagas poco casi siempre redondea para abajo.

Pero no, era mucho más triste. Era la marcha de la individualidad, la de negar lo que nos pasa como sociedad, donde la metafísica se mastica a la realidad y por supuesto, a la política. Era la marcha del montón de gente que estaba a dispuesta a decidir por todas las mujeres de la Argentina. Quiero repetir esto último, porque me suena espantoso: Era la marcha del montón de gente que estaba a dispuesta a decidir por todas las mujeres de la Argentina, incluso peor aún: era la marcha donde había hombres que estaban dispuestos a decidir sobre los cuerpos de todas las mujeres argentinas en contra de una ley VOLUNTARIA. Desde la ONU hasta los países cuyas monarquías son vigentes, decidieron dejar la metafísica de lado para dar una respuesta política.

Es hora de empezar a abrir los ojos. Lo único que puede dar soluciones a la realidad es la política. No existe otra forma. El mundo entero ya lo asumió, no nos retrograden también en esto. Esta discusión no es solo por la interrupción voluntaria del embarazo, esta discusión es la puerta de entrada a pensar una sociedad desde el transcendentalismo y no desde lo establecido, eso justamente es lo que hay que cuestionar. Cuando la política fracasa siempre puede repensarse, cuestionarse y reformular, pero sepamos que cada vez que fracasa la metafísica para pensar la sociedad, los daños han sido irreparables.

 

#AbortoLegalSeguroYGratuito

Ramiro Suescun – Secretario General del Partido Justicialista.