- Por Juan Mathias, comunicador político
Hoy, con el advenimiento de autos de alta gama a menor precio, vehículos eléctricos, y la modernización del sector, la caja de cambios como la conocemos la gran mayoría de los argentinos tiene poco futuro. Las cajas automáticas son las que se imponen en el mercado, incluso ya ni con la tradicional palanca, sino una pequeña perilla desde donde se pueden modificar las velocidades. Lo mismo pasa con los frenos, ya no hay cintas de hierro, ni servo freno, incluso el ABS va perdiendo terreno ante sistemas de frenado regenerativo, frenos electromecánicos, de disco de cerámica o EPB inteligentes. Todos los vehículos, desde los más viejos a los más modernos, tienen marcha atrás y frenos, algo que parece que al gobierno nacional le falta de fábrica.
El discurso de Milei en Davos será uno de esos hechos del que se va a hablar durante mucho tiempo para mostrar golpes en un gobierno. Puede ser comparable, aunque en una medida menor, con Alberto y Vicentín, Macri y la reforma previsional o Cristina con la 125. Discursos, hechos y acciones que no tumban, pero rayan. Mucho se habló sobre esto y está bien que en este análisis no se vuelva a desarrollar. Lo que sí está claro es que el gobierno no sabe frenar y analizar, pedir disculpas o rectificarse públicamente, solo sabe ir para adelante. “Frente a cada curva que ustedes quieran inventar, nosotros vamos a seguir acelerando” nos dijo el presidente en X luego del famoso discurso.
Esto no significa que no asimile o no le entren los golpes, lo vimos hace unos días con el “alquiler de gays” (como el espectacular sketch de Capusotto y Saborido) referenciando a Roberto Piazza como mi amigo homosexual que recorre la Casa Rosada. Ahí está la asimilación del golpe: para adelante, e incluso con un irónico y burdo doble sentido.
- ¿Cuánto le puede durar al gobierno la intransigencia? ¿Cuánto le puede durar su fortaleza de acción y su avanzada cultural? Muchos dicen: lo que los números deparen. Hoy con una inflación rondando el 2% y el dólar planchado, muy pocos argentinos quieren que esto cambie. Ciertamente hablamos de los que tienen un sueldo (o varios pequeños) que le permiten llegar a fin de mes. Es difícil olvidar que más de la mitad de los argentinos, 52,7% según las cifras del INDEC del 2024, son pobres.
Pero volviendo a la pregunta, ¿hasta cuándo la gente soportará mas el maltrato a las minorías y los discursos de odio que la falta de inversión en salud y educación? ¿Hasta cuándo soportará los mensajes del vocero Adorni despidiendo trabajadores, que la falta de inversión en rutas y obra pública? ¿Cuánto peso tiene en la gente el retiro del Estado en los incendios en el sur del país? Esta supuesta paz inflacionaria ¿perderá la punta de la tabla para dejarle paso a otras preocupaciones que van creciendo como la desocupación y la inseguridad?
Quizá sea una pregunta que se hacen los trabajadores despedidos de Puma, Danica, Sancor, Nissan, Dass, o Natura. Entonces aquí el centro de la discusión: ¿Será hasta que los números se lo permitan? ¿O aparecerán expresiones callejeras que marquen el descontento social consolidando una oposición más amplia y férrea que pueda canalizar los reclamos sociales? ¿Podrá esta oposición consolidar un programa político de amplia unidad, que vuelva a enamorar y piense un país soberano con desarrollo industrial y que permita soñar un país independiente política y económicamente? ¿O la vieja política seguirá destrozando los armados profundos cuando llega el momento de los cargos y se sacan los ojos por un lugar en las listas?
Los números de la economía esta semana pusieron enormemente nervioso al gobierno, que ya manotea de donde puede para seguir sosteniendo el dólar quieto. ¿Será el primer indicio de algo que parece inevitable? ¿Tendrá que ver eso con esta nueva versión de Milei, quien abandonó su rol de economista formado y dejó de hablar de números para transformarse en una especie de “batallador cultural”?
- Por ahora son muchas preguntas, y pocas respuestas. Pero sí hay algo claro, si no tenés frenos ni marcha atrás, las posibilidades ciertas son dos: o llegas más rápido o te estrellas contra un paredón.
Imagen elaborada con IA