Expertos advierten que los síntomas residuales de la enfermedad podrían persistir en los pacientes durante meses, años o de por vida.
Diversos estudios realizados en pacientes recuperados de coronavirus en todo el mundo detallaron las posibles consecuencias que pueden sufrir las personas luego de atravesar la enfermedad. Los problemas se agravan en aquellos que estuvieron en situaciones de terapia intensiva y con respirador.
Dificultad para respirar
Es uno de los problemas físicos más importantes y se debe al daño en los pulmones, el corazón o de coagulación. Una posible solución es utilizar una cánula nasal de oxigeno mientras continúan con la recuperación en sus casas.
“Algunos tienen una tos intermitente que no cesa y que dificulta la respiración”, mencionó Zijian Chen, director médico del nuevo Centro para Cuidados Pos-COVID-19 del Sistema de Salud Monte Sinaí.
Dificultad para tragar o hablar en voz alta
Se registra en algunos pacientes que estuvieron conectados a respiradores, una consecuencia que suele ser temporal por las lesiones o la inflamación que provoca el tubo del respirador en las cuerdas vocales.
Debilidad muscular
Suele ocurrir después de haber estado tanto tiempo acostados en la cama durante la internación. Esto puede incurrir en problemas para caminar, subir escaleras o levantar objetos.
La debilidad o el daño en los nervios también puede reducir la fuerza muscular, afirmó Dale Needham, médico de cuidados intensivos en la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkin.
Cansancio, confusión y poca claridad mental
Es consecuencia también forma parte de los problemas neurológicos que puede generar la enfermedad a largo plazo. “Tenemos pacientes que vienen y nos dicen: ‘No puedo concentrarme en el trabajo. Ya me recuperé, no tengo problemas para respirar, no siento dolor en el pecho, pero no puedo regresar a trabajar porque no puedo concentrarme’”, comentó Chen, según el informe publicado por The New York Times.
Estrés postraumático
Los médicos advierten que es común que el paciente tenga pesadillas, depresión y ansiedad, según explicó Lauren Ferrante, médica de enfermedades pulmonares y cuidados intensivos en la Escuela de Medicina de Yale.
Los expertos suelen denominarlo en estos casos “síndrome posterior a cuidados intensivos”, que puede incluir síntomas físicos, cognitivos y emocionales.
Delirio hospitalario
También como parte del síndrome posterior a cuidados intensivos, los pacientes pueden presentar alucinaciones paranoicas, confusión y ansiedad. Una de las causas puede ser el haber pasado varios días bajo los efectos de sedantes, según un estudio realizado por un equipo del Centro Médico de la Universidad Vanderbilt.
¿Cuánto pueden durar las consecuencias?
Chen dijo que le preocupaba que las consecuencias a largo plazo de la COVID-19 pudieran ser similares a los efectos crónicos en la salud de la epidemia del sida o el atentado del 11 de septiembre de 2001 en la ciudad de Nueva York.
“Una nueva enfermedad grave o un evento catastrófico causan síntomas que permanecen durante mucho tiempo”, sentenció Chen. “Esto se perfila para ser peor que esos dos sucesos”, dijo el médico y comparó la situación con los efectos crónicos en la salud que tuvieron la epidemia del sida o el atentado del 11 de septiembre de 2001.
¿Cuáles serían las soluciones?
Si bien la medicación puede ayudar con los problemas cardíacos o coágulos en la sangre, con algunos problemas como los físicos, recomiendan realizar ejercicios de respiración, y terapia física para ayudar a restaurar la fuerza muscular, el movimiento y la flexibilidad.
Para la capacidad y concentración en realizar las tareas diarias, los expertos recomendaron la terapia ocupacional, mientras que la terapia del lenguaje puede ayudar con la deglución y los problemas de las cuerdas vocales.