El jefe de gobierno porteño que hasta no hace mucho rechazaba el uso de esas armas cambió de posición y se sumó a la campaña punitivista de Mauricio Macri y Patricia Bullrich. Los efectivos de la Policía de la Ciudad las utilizarán a partir de marzo en la red de subterráneos.

El jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta se sumó a la campaña punitivista de Cambiemos y anunció que la Policía de la Ciudad también será armada con pistolas Taser para emplear en las líneas del subte porteño. “Estamos totalmente coordinados”, explicó Larreta sobre su decisión de acompañar la iniciativa de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, a pesar de que un año atrás había considerado que las denominadas “armas intermedias” se estaban dejando de utilizar en otras partes del mundo.

Por su parte, el vicejefe de gobierno y ministro de Seguridad porteño, Diego Santilli, confirmó la decisión de profundizar la línea punitivista y adelantó que las Taser serán empleadas a partir de marzo, tras una rápida capacitación para los oficiales de la Policía de la Ciudad. Si los tiempos propuestos por Santilli se cumplieran, la Ciudad podría ser la primera en usar las Taser, ya que desde el Ministerio de Seguridad no habían precisado cuándo se dotaría a la Policía Federal y la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) del armamento y la capacitación.

Santilli no precisó qué cantidad de armas adquirirá el Gobierno porteño, algo que sí adelantó la ministra Bullrich. La titular del Ministerio de Seguridad señaló que se lanzaría una licitación para obtener 300 pistolas, a un precio de 3 mil dólares cada una. El costo total estimada para comprar las armas y capacitar el personal ronda los 3 millones de dólares.

“Estamos conversándolo con el Gobierno nacional, porque estamos totalmente coordinados. Si ellos promueven hacerlo en estaciones de tren, nosotros estamos estudiándolo para el subte”, fue el compromiso tomado por Larreta este mediodía durante una breve conferencia de prensa. El anuncio del jefe de gobierno porteño coincide con la propuesta de Bullrich de utilizar las armas de descarga eléctrica —señaladas como posibles elementos de tortura por al Comisión Interamericana de Derechos Humanos— en “lugares cerrados” como aeropuertos y vagones de tren.

El anuncio de la ministra fue acompañado por otra serie de medidas punitivistas, como la baja de edad de imputabilidad y la expulsión de migrantes, poniéndose al frente de una campaña a tono con la victoria en Brasil del ultraderechista Jair Bolsonaro, quien hoy flexibilizó la compra de armas para la población civil y mañana recibirá a Macri y Bullrich en el Palacio del Planalto.

El empleo de la Taser X26 —con capacidad para inmovilizar a una persona hasta a 8 metros de distancia por una descarga que genera múltiples contracciones musculares por segundo— había sido un antiguo anhelo del presidente Macri, en sus tiempos de jefe de Gobierno, que fue rechazado por los organismos de derechos humanos, de acuerdo a las observaciones hechas por organismos internacionales, y, finalmente, fue frenado por vía judicial.

La gestión macrista apelaría esas sentencias y, en 2015, conseguiría el visto bueno de la justicia porteña. En 2016, la Corte Suprema ratificó el fallo. Sin embargo, con el salto de Macri a la Casa Rosada, la iniciativa del entonces ministro de Seguridad, Guillermo Montenegro, quedó paralizada durante la gestión Larreta. El jefe de gobierno porteño descartó hace menos de un año atrás reactivar la iniciativa.

Días después de que Macri le dijera que están “orgullos de que existan policías como vos” al oficial Luis Chocobar en la Casa Rosada, Larreta descartó el nuevo intento de Bullrich de incorporar las “armas intermedias”. “Cuando se planteó fue hace seis años, hoy se está usando menos. Siempre estamos estudiando cuál es la mejor tecnología en cada caso”, decía el jefe de gobierno.

“Patricia necesita tirar un título por día”, “Acá no hay Teaser y más considerando lo que dijo Larreta hay menos posibilidades de que vayamos a comprar”, decían no hace tanto en el gobierno porteño, donde ahora justifican el cambio de posición con afirmaciones del tipo de que “frente a un delincuente que esté en el subte con un cuchillo, sería una locura usar munición de guerra”.

En los últimos días, la ministra de Seguridad respondió a una sola de todas esas viejas preocupaciones del gobierno porteño. Bullrich aseguró que por “miedo” de que “venga un juez y le diga a un policía por qué no usó primero la Taser y luego la de fuego”, implementarán primero el uso de Taser en el personal policial que custodian estaciones de tren y aeropuertos antes de habilitar el uso de ambas armas.

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