Representantes de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), Cámara Argentina del Libro (CAL), Cámara Argentina de Publicaciones (CAP), Sector de Libros, Revistas y Medios de Comunicación de la Cámara Española de Comercio, Federación Argentina de la Industria Gráfica y Afines (FAIGA) y la Federación Argentina de Librerías, Papelerías y Actividades Afines (FALPA), promovieron una conferencia de prensa en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires para manifestar su preocupación frente a la exclusión de las librerías en la reglamentación de las modificaciones la Ley 27467, a los artículos 7, 50 y 24.3 de la Ley del Impuesto al Valor agregado que debería otorgar un beneficio fiscal a toda la cadena del libro, y no lo hace así con las librerías.
María Teresa Carbano, Presidenta de la Fundación El Libro, dijo que se trata de un tema muy sensible. “Las librerías han quedado excluidas del beneficio de la desgravación del IVA. En la nueva ley de presupuesto, que todavía no está reglamentada, desde editores hasta los distribuidores, tienen la posibilidad de desgravar el IVA. Esto era algo que el sector venía reclamando hace muchos años porque existió pero después fue quitado. Finalmente, en la nueva ley, se aprueba que el IVA sea desgravado pero no se incluye a las librerías, entendemos que hay una cuestión técnica de interpretación”, dijo.
Ecequiel Leder Kremer, de la Librería Hernández y tesorero de la Fundación El LIbro, expresó que se trata de unproblema de inequidad. “Todos esos IVAs que no le cobramos al público cuando compra un libro no podemos recuperarlos aunque sí los pagamos en toda la cadena de producción y comercialización. Las librerías estamos en una situación muy crítica para la administración de nuestros costos no tanto por las ganancias sino en las aspiraciones a empatar con el punto de rentabilidad mes a mes. Esta norma, si nos incluyera, nos traería algún tipo de alivio”.
También leyó el comunicado de la Cámara Argentina del Libro que advierte: “Este beneficio, históricamente solicitado por el sector, sería de gran ayuda ante la prolongada y grave crisis que atraviesan las pequeñas y medianas empresas gráficas, editoriales y librerías con caídas acumuladas en la producción y ventas. El libro posee una dimensión simbólica, cultural y económica incalculable”.
José Roza, presidente de Federación Argentina Librerías, Papelerías y Afines (FALPA) también manifestó su preocupación. “Esta situación crítica es aún peor en las librerías del interior. Evidentemente está faltando una política de Estado que las apoye porque hoy están cerrando. En algunas localidades del interior también hemos retrocedido porque se ponen impuestos a la actividad. Espero que sea un error del gobierno y no una indiferencia ante el tema”.
Joaquín Gil Paricio, de Librería Cúspide, dijo: “entendemos que hay un error en la interpretación y la idea nuestra es una reversión del mismo porque es absurdo que justo el eslabón más débil, que son las librerías, queden afuera”.
Antonio Dalto, de Yenny El Ateneo, Grupo IHLSA S.A., se adhirió diciendo que “dejar el eslabón, que tiene el contacto con el lector fuera de este proceso es un error”.
Carlos Alberto Morón, de Librería Casa del Sol, resaltó el papel de los libreros en la cultura nacional: “somos los principales promotores del libro y la lectura. Dejar que las librerías agonicemos y cerremos es un grave atentado a nuestra cultura, es justo y necesario que haya políticas públicas. Si bien es una actividad comercial también es una actividad cultural y eso nunca se debe perder de vista”.
En adhesión, la Cámara Argentina de Publicaciones, expresó en un comunicado: “No incluir a la comercialización impactará de forma negativa el canal de venta del sector y por consiguiente a toda la industria, razón por la cual no puede ser excluida. Entendemos que la solución es posible y seguimos insistiendo con los funcionarios para que toda la cadena de valor sea incluida en la normativa a la mayor brevedad”.
Finalmente, Leder Kremer agregó que es una situación de las pequeñas, medianas y grandes librerías. “Tenemos que tomar conciencia –dijo- que hay mucho que perder y esa pérdida es de muy difícil recuperación. Confiamos en que exista una instancia de reflexión, porque apelamos a una voluntad política por sobre los detalles de las redacciones técnicas. Estamos a tiempo de solucionarlo”.