Por Lara E. Franco

Leticia Lorenzo es docente de la Universidad Nacional de La Pampa y jueza penal de la Provincia de Neuquén, habló con MdpYa para poner el foco en un tema que preocupa, la intención del gobierno de eliminar la figura del femicidio del Código Penal.

Mariano Cúneo Libarona, ministro de Justicia, confirmó que el Gobierno busca eliminar la figura del femicidio del Código Penal. ¿Qué implica? ¿Es fácil, es difícil? ¿Qué opinan quienes trabajan en el ámbito judicial?

“Viniendo de las altas autoridades del Estado es un retroceso, refleja lo que se ve, como se retiran los ámbitos de políticas de acompañamiento para la mejora de la vida para personas en situación de vulnerabilidad. No creo que eliminando el femicidio como figura legal tengamos una economía más ordenada, mayor estabilidad o acceso a bienes y servicios, es todo lo contrario, no encuentro razón que no sea la pura distracción y el generar discusiones que nos aparten de observar lo que está sucediendo en la vida cotidiana de quienes no llegan a fin de mes. Estamos debatiendo cuestiones que parecían bastante claras, y ahora estamos otra vez como hace 40 años, es un enorme retroceso”, consideró la jueza penal de Neuquén, Leticia Lorenzo.

También mencionó que “eliminar esta forma de regulación agravada del homicidio implicaría mandar un mensaje de impunidad. Me llama mucho la atención la intención del gobierno que con tanta vociferación de lucha contra la impunidad, de repente aparezca en el centro de la discusión la necesidad de eliminar un inciso de un artículo del código penal que vino a evitar enormes espacios de impunidad en un tema relevante, no sólo a nivel nacional sino en términos de los compromisos internacionales que tenemos como Estado que también llevan a pensar qué le vamos a decir al mundo, a nosotros que tanto nos preocupa si en el mundo nos respetan o nos conocen, a qué mundo queremos pertenecer si no vamos a honrar los compromisos asumidos en los dos Foros más importantes que existen, que son la Organización de Estados Americanos para el caso concreto de esta región, y la Organización de Naciones Unidas a nivel mundial. Preocupa que surjan estas iniciativas”, opinó.

A continuación, te compartimos la entrevista que realizamos con Lorenzo. 

MDPYA: ¿QUÉ IMPLICA QUITAR DEL CÓDIGO PENAL LA FIGURA DEL FEMICIDIO, TANTO DESDE LO BUROCRÁTICO HASTA LAS CONSECUENCIAS QUE PODRÍA TENER PARA LAS MUJERES QUE SUFRAN DE VIOLENCIA?

Tanto incorporar figuras al Código Penal como quitarlas, no es un proceso sencillo. Tiene que haber una ley que salga con la aprobación de ambas Cámaras del Congreso, eso implica una discusión importante, no es algo que se haga de un día para el otro, esto se ve en las largas discusiones que ha habido para la incorporación del agravante del homicidio que es el femicidio.

Hubo una gran discusión en su momento para cambiar el nombre de los delitos contra la integridad sexual y traerlos a este siglo, han sido discusiones largas por eso desde el punto de vista formal y burocrático del tratamiento de una propuesta que busca eliminar el femicidio yo creo que hay un obstáculo importante y quiero tener la confianza de que nuestros legisladores y legisladoras tienen conciencia de cuáles son las obligaciones que tenemos como país, aquí hay otro tema que debe considerarse y es que tanto Naciones Unidas como la Organización de los Estados Americanos tienen un especial énfasis en sostener que los países tienen que avanzar en la regulación de este tipo de figuras.

En el caso Interamericano, en el caso de la OEA, nosotros como país tenemos suscrita la Convención de Belém do Pará que establece la obligación de los Estados de regular normativamente la violencia, como es la violencia letal que constituye el femicidio. Desde ese punto de vista son demasiados los compromisos que incumpliríamos si el Congreso decidiera que es una buena idea la de eliminar la figura de femicidio.

El femicidio es una forma agravada del homicidio que establece una pena distinta, pero no es la única. En el Código Penal está regulado el homicidio en el articulo 79,  el artículo 80 se dedica a establecer una serie de circunstancias que agravan esa figura típica, una de ellas es la muerte de una mujer en un contexto de violencia de género, lo que llamamos femicidio.

Todo ese discurso que se trae como justificación de esta pretendida eliminación sobre que esto viola la igualdad es absolutamente falaz, la igualdad no es aplicar en todos los casos exactamente el mismo tipo penal, sino no tendríamos escalas penales ni distintas figuras, quien legisla considera que determinadas circunstancias tienen que agravarse.

Detrás de la regulación del femicidio aparecen luchas históricas respaldadas por mucha información que es el otro tema que parece, no preocupa demasiado. Hay evidencia comprobable que respalda la necesidad de regular específicamente esta forma de muerte de mujeres porque la estadística mundial, global y la información a la que se accede, muestra que en el caso de muerte de mujeres mucho más de la mitad de esas muertes violentas se producen en contexto de intimidad, en manos de sus parejas o ex, en sus vínculos más próximos. Esta es una diferencia enorme con lo que encontramos cuando vamos a ver las estadísticas sobre muertes de varones, hay muchas más muertes de varones violentas que muertes de mujeres, pero esas muertes de varones es menos del 10% lo que se produce como consecuencia de violencia en un ámbito íntimo, y no en todos los casos se tiene como protagonista o autora de esa muerte a una mujer.

Desde la información vemos que hay una diferencia notable que tiene que tiene que marcarse y debemos hacernos cargos de que tenemos un problema con la forma en que se produce la muerte de mujeres en nuestro país y en el mundo, en contexto de intimidad. De ahí surge la necesidad de impulsar esta forma agravada del homicidio. Hay una realidad y es que durante muchísimo tiempo esto no se investigaba, el por qué una mujer aparecía muerta en un contexto de intimidad, estos casos no se resolvían y hay una carta de impunidad en donde el Estado debe hacerse cargo. Por eso se reguló en el Código Penal y también aparecen obligaciones para los organismos de investigación (policías y fiscalías) para buscar una investigación en serio y no buscar explicaciones insostenibles como lo que en un momento se llamaba “emoción violenta”, o lo que los medios mencionaban como “crímenes pasionales”.

Eliminar esta forma de regulación agravada del homicidio implicaría mandar un mensaje de impunidad. Me llama mucho la atención la intención del gobierno que con tanta vociferación de lucha contra la impunidad, de repente aparezca en el centro de la discusión la necesidad de eliminar un inciso de un artículo del código penal que vino a evitar enormes espacios de impunidad de un tema relevante, no solo a nivel nacional sino en términos de los compromisos internacionales que tenemos como Estado que también llevan a pensar qué le vamos a decir al mundo. Preocupa que surjan estas iniciativas, quienes históricamente han tenido muchísimas barreras para acceder a la justicia, en este caso las mujeres, se retraigan de denunciar situaciones de violencia que están viviendo porque empiecen a ver que el giro discursivo es que tienen que callar, aguantar y que, si las matan, a nadie le va a importar.

 

MDPYA: EN CASO DE QUE SE LOGRE ESTE CAMBIO ¿ES UN RETROCESO A LOS DERECHOS CONSEGUIDOS?

Si se diera el escenario de que esta iniciativa se apruebe y se quite del Código Penal, si, creo que es un retroceso, tengo una perspectiva critica del funcionamiento del tema penal, creo que muchos de los asuntos que tocan resolver muestran una serie de circunstancias que no fueron resueltas y terminan con una mala respuesta. Una pena no es una respuesta satisfactoria en términos de recomponer o restituir espacios de armonía social, cuando llegamos al sistema penal ya esta todo bastante desecho, no tengo una mirada de que mas penas implican un mejor sistema penal, más persecución no implica una mejor sociedad, pero sí creo que asumimos que la norma penal tiene una función simbólica en termino de construcción de sentido y normas de convivencia. Es un retroceso este tipo de propuestas, nos vuelve 40/50 años atrás, ahí donde estábamos discutiendo si existía o no discriminación a las mujeres.

Ninguna discusión está saldada, se debe tener la disposición de dar discusiones en serio, no sobre las bases de anécdotas mal contadas, hay que analizar la información, mirar las estadísticas, mirar el funcionamiento de los sistemas, hay que leer las barbaridades que se han escrito históricamente en sentencias en materia penal cuando hubo mujeres victimas de violencia, y ahí hacer un análisis de por qué es necesario mantener este tipo de legislación. Eliminarla es un retroceso, también por el mensaje que se envía, porque es volver a la impunidad.

Viniendo de las altas autoridades del Estado es un retroceso, refleja lo que se ve, como se retiran los ámbitos de políticas de acompañamiento para la mejora de la vida para personas en situación de vulnerabilidad bajo este lema de que el Estado no está para eso. No creo que eliminando el femicidio como figura legal tengamos una economía más ordenada o mayor estabilidad o acceso a bienes y servicios, es todo lo contrario, no encuentro razón que no sea la pura distracción y el generar discusiones que nos aparten de observar lo que esta sucediendo en la vida cotidiana de quienes no llegan a fin de mes