El gobierno talibán de Afganistán informó que prohibió a las mujeres acceder a los gimnasios y los baños públicos, unos de los últimos espacios de libertad que tenían ante las severas restricciones impuestas por el movimiento islamista talibán desde su regreso al poder en el país, que días atrás había anunciado la exclusión de las afganas de parques y jardines en Kabul.

“Las salas de deporte están cerradas a las mujeres porque sus entrenadores son hombres y algunas (salas) eran mixtas” explicó Mohammad Akif Sadeq Mohajir, vocero del ministerio de la Prevención del Vicio y de la Promoción de la Virtud.

Agregó asimismo que los “hammams”, baños públicos donde tradicionalmente hombres y mujeres están separados, estarán prohibidos a las afganas.

“Actualmente, cada casa tiene un cuarto de baño, y por eso ello no plantea ningún problema a las mujeres” agregó el portavoz.

Para Sana, de 23 años, estudiante en la universidad, la explicación es diferente: “La principal razón del cierre de parques, gimnasios y hammams reside en la ideología antimujeres de los talibanes”, sostuvo.

“Afganistán se ha convertido hoy en un torreón de exclusión para las mujeres, quieren enviar a las mujeres a un agujero negro; hoy, con el cierre para ellas de estas instalaciones, las han encarcelado entre los cuatro muros de su casa” denuncia la estudiante.

La semana pasada, los talibanes pidieron a los responsables de parques y jardines que cerraran sus puertas a las mujeres, luego de haber instalado horarios y días diferenciados para que hombres y mujeres no se cruzaran.

Las autoridades justificaron la nueva medida porque “las reglas fueron violadas”, según el vocero.

“Había mezcla, y el velo que cubre la cabeza y el cuello no se respetaba; es por eso que se ha tomado esta decisión”, añadió.

Desde su regreso al poder en agosto de 2021 tras 20 años de guerra y la retirada de las tropas estadounidenses, los talibanes reimpusieron una interpretación fundamentalista del islam que ya marcó su primer período en el poder (1996-2001).

Las autoridades no dejaron de recortar las libertades de las mujeres: están obligadas a llevar velo integral, no pueden acceder a la educación secundaria, son excluidas de los empleos públicos y tienen prohibido viajar solas fuera de su localidad.

Los parques eran uno de los últimos espacios de libertad en la capital.