El ex presidente brasileño Lula Da Silva reclamó su liberación por considerar que la “pérdida de imparcialidad” de Sergio Moro, el juez de Curitiba que lo condenó a 12 años y medio de prisión, quedó expuesta con su nombramiento en el futuro Gabinete de Jair Bolsonaro, el mandatario electo. Una semana después de que el magistrado del Lava Jato anunciara que se convertiría en el ministro de Justicia y Seguridad Pública, la defensa del líder del PT presentó un hábeas corpus para “restablecer la libertad plena” del exmandatario, quien cumple desde abril pasado una condena sin pruebas concretas.
El recurso presentado ante el Tribunal Supremo Electoral contiene un pedido para liberar de forma preliminar a Lula y una petición de prórroga para impedir cualquier otra condena en cualquier proceso criminal en el que Moro actúe. Para la defensa, Moro demostró “enemistad capital e intereses exoprocesales” al condenar a Lula, según detalló el portal local O´Globo.
Lula espera la sentencia todavía en otros procesos que estaban a cargo de Moro hast asu renuncia, entre ellos el que investiga si Odebrecht y la constructora OAS reformaron una casa de campo en Atibaia, estado de San Pablo, propiedad de dos amigos de Lula. El futuro funcionario estaba a punto de dictar sentencia antes de abandonar el Poder Judicial y convertirse en ministro de Bolsonaro.
Los abogados del exmandatario reiteran que Moro “reveló clara parcialidad y motivación política” en el desarrollo de los procesos penales contra el exgobernante, sospechas que se han visto fortalecidas, argumentan, después de que el magistrado aceptara formar parte del Gabinete de Bolsonaro.
Cabe recordar que Moro fue el magistrado que ordenó la detención y proscripción del ex presidente Lula, meses antes de las elecciones, cuando el líder del PT lideraba todas las encuestas. Aquella decisión allanó el camino del candidato del Partido Social Liberal al Palacio de Planalto. Al aceptar su futuro cargo, el exmagistrado había adelantado que el foco principal de su gestión sería “el combate del crimen organizado y el lavado de dinero”.
La defensa Lula citó algunas de las medidas tomadas por Moro en los procesos judiciales en los que aparecía involucrado el exmandatario y denunció una “conducción coercitiva (de las causas) y la divulgación de grabaciones telefónicas del expresidente en 2016”.
Moro, el promotor del Lava Jato, encarceló a empresarios y políticos pero su saña se concentró en los ex dirigentes del PT, cuyos arrestos fueron ejecutados en base a las “delaciones premiadas” de los propios acusados, que al señalar a otros involucrados morigeraron sus condenas.
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