Luego de reiteradas denuncias contra el balneario, la Asamblea Luna Roja pagó un estudio en un laboratorio que constató “altos niveles de contaminación que produce el vertido de efluentes cloacales.” Por este motivo, apuntan a la falta de transparencia y a controles que debe realizar el Municipio.
Vecinos y vecinas organizados en la Asamblea Luna Roja pagaron un estudio al laboratorio Farestaie para analizar la calidad del agua y determinar si efectivamente había vuelco de líquidos cloacales. Kanky Alonso, referente de la organización, señaló que “el estudio constató el daño ambiental y los altos niveles de contaminación que produce el vertido de efluentes. Esto sucede hace años con la complicidad de las autoridades de turno y la justicia”, aseveró.
Estos vuelcos cloacales iban directo al Arroyo Lobería, y por ende, terminaban también en los médanos y en la playa pública, destacó el vecinalista. Además remarcó que en la zona se sienten olores nauseabundos y aguas servidas con espuma discurriendo hacia el arroyo.
Por la cantidad de reclamos, la Municipalidad decidió clausurar preventivamente el balneario, sin embargo le reclaman que faltan fajas de clausura y la colocación de un aviso al público de “prohibido bañarse” en las inmediaciones del arroyo Lobería.
Por otro lado, está en la mira la construcción realizada por el balneario, ya que según explica la ley 12.257/98 del Código de Aguas de la Provincia de Buenos Aires, en el artículo 142, se prohíbe el loteo y la edificación en una franja de ciento cincuenta (150) metros aledaña al Océano Atlántico y la edificación sobre los médanos y cadenas de médanos.
Alonso explicó a MdpYa: “Sentimos que la administración del Estado Municipal está ocultando acciones disvaliosas que atentan contra la salubridad pública de la gente que va a la playa”.
Escucha el testimonio completo realizado: