Es la nueva consigna del Gobierno francés. El objetivo es reducir el consumo un 10% en los próximos dos años para reducir la dependencia del exterior y evitar los cortes de suministro.
La ministra francesa de Transición Energética, Agnès Pannier-Runacher, pidió un “cambio de comportamiento”: “Este es un trabajo para los próximos treinta años. El lema es claro, movilización general, todo el mundo debe comprometerse, todo el mundo, porque hoy estamos en una situación de urgencia. Urgencia por nuestro planeta, que se está asfixiando, urgencia por las generaciones futuras, urgencia por la biodiversidad, urgencia también por nuestra independencia, nuestra independencia energética, por supuesto, pero también por nuestra independencia política. Y me gustaría contar con un mito: nunca hemos sido independientes en materia de energía. Hoy en día, estamos expuestos a las energías fósiles en un 66% de nuestro consumo de energía, un 66%, y el problema es que hay que deshacerse de estas energías fósiles para tener esta energía abundante a bajo precio y que no hace daño a nuestro planeta.”
Macron pidió a los empresarios reunidos en el foro anual Bpifrance Inno Génération que apliquen sin demora medidas de ahorro energético para pasar el invierno “aunque sea duro”.
El presidente frances prometió “convencer” a los socios europeos sobre la limitación del precio del gas y la necesidad de “acelerar” la descarbonización de los centros industriales: “Vamos a convencer a los demás europeos, vamos a poner en marcha un sistema que significa que el gas que utilizamos para producir electricidad tendrá un techo de precio. Esto nos permitirá bajar el precio de la electricidad producida, como bien pueden entender, y como resultado, hará bajar el precio del gas, porque dará referencias de precios.”