El presidente francés propone “pactos” para evitar el bloqueo, tras perder la mayoría absoluta en el Parlamento. Emmanuel Macron dio 48 horas a los partidos, hasta el final del Consejo Europeo de Bruselas en el que participa, para posicionarse sobre su oferta.
Pero los principales grupos opositores ya la han rechazado. El primero en hacerlo fue Jean-Luc Mélenchon, líder de la formación de extrema izquierda Francia Insumisa, quien tras el discurso de Macron dijo que éste ha “reinterpretado el paisaje político”:
“No puede haber otra realidad que esta: el Ejecutivo es débil pero la Asamblea Nacional es fuerte gracias a la legitimidad de su reciente elección. (…) La señora primera ministra, como en todas las democracias del mundo, debe presentarse ante la Asamblea Nacional y pedir su confianza. Si no la tiene, debe irse”, dijo Jean-Luc Mélenchon, líder de Francia Insumisa.
También Marine Le Pen, líder de la Agrupación Nacional, de extrema derecha, ahora tercera fuerza parlamentaria, cree que Macron finge que el pueblo francés apoya su “proyecto presidencial”.
(“A pesar de la desautorización del pasado domingo, el presidente todavía finge creer que el pueblo francés habría votado por su ‘proyecto presidencial’, un proyecto confuso e inquietante que ni siquiera sus diputados pueden describir”.)
La alianza de Macron ¡Juntos! fue la más votada en las elecciones legislativas francesas, con 245 escaños, 44 menos de los necesarios para tomar decisiones en solitario. Para sacar adelante sus proyectos, como la reforma de las pensiones, buscará el apoyo de la derecha conservadora y de los más moderados de la alianza de izquierdas.