Mientras Leandro Somoza prepara el equipo para recibir el domingo a River por la décima fecha de la Liga Profesional, los dirigentes de Aldosivi mascullan su bronca por las dificultades de logística que significa recibir el partido más trascendente del campeonato en un estadio José María Minella que sigue con su tribuna principal clausurada.

El fixture determinó que en este campeonato Aldosivi sólo reciba a River entre los equipos denominados grandes. Y desde ese mismo momento fue el partido apuntado para hacerse de una buena recaudación y también el que demandaría lógicamente el mayor esfuerzo organizativo por todo lo que genera la visita de uno de los gigantes del fútbol argentino.

Desde hace varias semanas, en Capital Federal, decenas de medios nacionales y partidarios del equipo de Marcelo Gallardo se sorprendieron cuando desde Mar del Plata se les adelantó que no podrían venir a cubrir el partido.

Es que la tribuna cubierta que está clausurada desde septiembre de 2021 por sus graves daños estructurales alberga 192 pupitres de prensa. Así, desde hace casi un año, el departamento de prensa de Aldosivi sólo puede acreditar para cada partido del equipo a las radios que transmiten.

Pero al margen de los inconvenientes que genera a la prensa, la clausura de la platea cubierta supone una pérdida de ingresos para Aldosivi. Es que en ese sector se ubican los palcos y las plateas más costosas. Muchos de ellos se venden con el estacionamiento cubierto como extra.

En el club portuense son conscientes de que la clausura de la tribuna era necesaria. Sin dudas significaba un peligro para las personas apostadas debajo de un techo que pide urgente una remodelación. Pero no ocultan su fastidio al recordar que va para un año la clausura y todavía no se hizo nada como para volver a poner en condiciones ese sector clave del José María Minella.

La Municipalidad, responsable del estadio, ni siquiera pudo costear los gastos del informe que ofreció hacer la universidad para determinar qué se puede hacer para solucionar el problema. Y ya aclaró que de sus arcas no saldrá tampoco el dinero para las obras. En parte tiene lógica, si ni siquiera pudo pagar en diez meses el costo de un informe técnico mucho menos podrá hacerle frente a una obra millonaria.

Ahora bien, tampoco se mostró desde el estado local una gestión para encontrar soluciones a tamaño problema. No se avanzó en negociaciones con privados que puedan hacerse cargo de las obras a cambio de poder explotarlo durante una determinada cantidad de años. Ni tampoco se hicieron las gestiones necesarias para intentar obtener los recursos de Nación y/o Provincia.

Aldosivi ya sufrió los inconvenientes de no disponer de la tribuna principal en los dos últimos partidos en los que recibió a Boca Juniors. Y ahora lo volverá a padecer ante River.

Mientras tantos, a miles de marplatenses que disfrutaron de la época de esplendor del estadio donde se jugó un Mundial (1978) y unos Juegos Panamericanos (1995), se les pianta un lagrimón cuando miran por televisión los partidos que se juegan en escenarios nuevos y modernos como son los de Santiago del Estero, San Luis, San Juan, Córdoba…