Por Pablo Mastropasqua (Dr. Arquitecto y coordinador del área de Patrimonio del Instituto de HÁbitat y Territorio del Capba 9)

No es un título original esta nota, creo ya haberlo usado en otras oportunidades y ya me estoy arrepintiendo al reflexionar que los fenicios si bien tenían una vida centrada en el comercio, eran un pueblo con una cultura más que interesante, algo que los marplatenses estamos perdiendo.

A que viene esta nota se preguntaran y porque, mejor me explico un poco. Este fin de semana en nuestras caminatas costeras con mi compañera, volvimos a observar los horrores urbanos y arquitectónicos que se realizan siempre, pero con una intensidad y brutalidad exacerbada frente a la temporada de verano. Podría hacer detalles sobre muchos, ya que el recorrido fue desde La Perla a Cabo Corrientes, pero me voy a detener en el que más nos dolió hoy.

Bajando por una de las hermosas rampas con vistas panorámicas que tiene el parque de playa Varese, específicamente la de Colón y la costa, nos encontramos con un bar en la terraza del edificio llamado por sus proyectistas, Barranca de cristal. Este espacio comercial, que además de usar un espacio mirador que entiendo era un sector público, invadía con el mostrador de ofertas el espacio de la rampa, esto es solo un detalle ya que seguramente ese bar (que no está mal arquitectónicamente, siendo benévolos) será una concesión de espacio público a un privado que no estaba en el proyecto original, algo a lo que estamos mal acostumbrados.

Seguimos bajando y allí fue la mayor sorpresa, estaban construyendo en la entrada del bar nocturno Museum. Secret Garden (no se si es su nombre correcto) un artefacto ominoso a modo de lo que serán las taquillas de acceso y venta de entradas del lugar. Una obra sin cartel ni responsable de la misma (algo obligatorio) de una calidad constructiva pésima y estética aún peor. A este punto se preguntarán porque me asombro tanto, y principalmente porque esa obra es un premio nacional de arquitectura de la Sociedad Central de Arquitectos y parte del premio provincial del CAPBA a toda la intervención paisajística/urbano/arquitectónica de playa Varese por el estudio Solla/Sak. Ambos arquitectos locales de excelente trayectoria y obras.

  • Las horribles boleterías no solo están mal construidas, fuera de cualquier regla del arte y legalidad, presentan una ubicación que arruina toda la obra y sus perspectivas, se toma a la piedra sin ningún detalle cosa que justamente es una de las características del proyecto original que destaca la forma de tomar la barranca por los arquitectos. (Ver fotos que acompañan este escrito)

Ya indignados cruzamos y además del profundo descuido que tiene el playón público que generosamente el proyecto cedió a la ciudad colocando el balneario de Varese bajo cota de vereda, donde hay un homenaje simbólico al Hundimiento del Crucero General Belgrano en la gesta de Malvinas. Este sector muy usado por locales y visitantes está sin mantenimiento, falto del equipamiento original y también burdamente comercializado con un camión de comida/café único elemento que sobresale y desentona en el sector.

Esta crónica podría extenderse a más lugares del sector, pero lo dejo por acá, fue una expresión visceral de lo que me provocó estas miradas, en una obra de quien fue mi profesor y amigo, José Solla, al que no le puedo deber mi silencio. Amo a nuestra ciudad, que es hermosa, les cuesta mucho poder arruinarla, pero lamentablemente y con poco esfuerzo lo están logrando.