Hablamos con la comunicadora Flor Santillán, usuaria de silla de ruedas, creadora de contenido en redes sociales, vicepresidenta de la Asociación Civil “Empoderar” y escritora del libro “Maldita Lisiada”.

¿Es fácil subirse a un colectivo, hacer mandados, circular por la ciudad? Tal vez para algunas personas sí, pero para otras no.  Entrevistamos a Flor Santillan, en nuestras redes podrás encontrar dos informes sobre accesibilidad, en donde hablamos sobre transporte, empatía, espacios deportivos y la famosa “caca de perro” que pocos levantan. 

PRIMER INFORME

SEGUNDO INFORME 

Si bien hay varias cuestiones negativas en Mar del Plata respecto a accesibilidad, Flor destacó también las cosas positivas:

“Hay conquistas que son muy chiquitas pero que sirven para seguir dando batalla. Hay una mirada en la formación de guardavidas en esto de formar profesionales con perspectiva en accesibilidad, pero aquí aparece otro problema y es que deben haber puestos de accesibilidad en las playas. También hay lugares gastronómicos que han incorporado la cuestión desde lo arquitectónico, con un menú en braille, un QR accesible o un menú en pictograma, algunos balnearios también sumaron lugares acondicionados para personas que están dentro del espectro autista. Además, se suman las fiestas super grandes como pueden ser la Bresh que tiene una política de accesibilidad y se pueden ver 2 o 3 sillas de ruedas, son cosas chiquitas, pero son un avance, lo más interesante es que se hable de accesibilidad”.

MdpYa: ¿FALTAN COMUNICADORES EN ACCESIBILIDAD?

“Falta que seamos las personas con discapacidad las que hablemos de discapacidad. Me parece que es super interesante que cualquier persona pueda hablar sobre cualquier tema, pero en cuestiones de discapacidad somos nosotres quienes tenemos que tomar la voz y a quienes nos deben dar lugar, luego de eso, que se sume todo el mundo.”

CIUDADES MÁS ACCESIBILES

“El tema está de boca en boca, si empezamos a cuestionarnos los privilegios, se empieza a charlar en la mesa y se generará un agente de cambio interesante. Si le enseñamos a las niñas y a los niños que no hay que reírse del compañerito que renguea, al adolescente que no hay que decir “mogólico” y al adulto que no hay que tapar una rampa, parece una boludes la frase del granito de arena pero realmente es así. Por otro lado creo que es necesario subir la vara respecto a discapacidad y que se deje de pensar que  nuestra vida es una rampa, el medico y la rehabilitación, somos personas que salimos, nos tomamos una cerveza, vamos a la playa, tomamos sol, tenemos hijos, tenemos una vida bastante más similar al resto de las personas que la gente cree.