Por Mario Rodríguez – ex concejal de General Pueyrredon.

Estamos transitando los últimos días de un año que ha sido de los más difíciles que hemos vivido como sociedad, y que ha tenido una constante: un ajuste salvaje y permanente que, lejos de impactar en la omnimencionada “casta”, ha recaído sobre los sectores más vulnerables, como los jubilados y los asalariados. Las medidas implementadas por el gobierno de Milei, lejos de afectar a los sectores concentrados y financieros, resultaron en una transferencia de riqueza de los más empobrecidos hacia los más poderosos.

Aunque la inflación ha bajado, esto ha sido a un costo altísimo. A la mayoría de la población los ingresos no le alcanzan, porque los salarios no se recuperan frente a los altos índices inflacionarios derivados de la devaluación del inicio de la gestión denominada “libertaria”. Ello deriva en que inmensos sectores, endeudados y con ingresos insuficientes, recorten gastos básicos para sobrevivir, lo que conlleva una deficitaria calidad de vida.

La caída en la actividad económica, en la inversión y el consumo fundamentalmente, la reducción a cero de la obra pública y la ausencia de políticas industriales claras, por ejemplo, ha hecho que el mundo financiero sea visto como una panacea y la especulación financiera como el mejor negocio.

Además, la falta de empatía, la burla y hasta la represión para con los sectores más débiles, sumado a un discurso violento y descalificador enviado desde el poder, no ayudarán a transitar en paz social estos difíciles tiempos.

Para quienes nos incorporamos a la política siguiendo las ideas del ex Presidente Raúl Alfonsín, recordamos sus palabras cuando aconsejaba que “en tiempos de crisis y de cambios se hace necesario el diálogo con todos los sectores…el diálogo es la política. Si no hay diálogo viene la violencia”.

“En Mar del Plata también necesitamos recuperar un clima de diálogo, más allá de las lógicas diferencias que se tengan. Es necesario que el Intendente Montenegro deje de lado su discurso agresivo y estigmatizante, dirigido a congraciarse aún más con los sectores conservadores, y construya relaciones maduras y respetuosas con la Provincia y la Nación, a fin de concretar las iniciativas y los proyectos que toda nuestra sociedad demanda, en momentos en que la inseguridad, el desempleo, el estado de las calles, la pobreza e indigencia, la infraestructura y calidad de la salud, y la higiene urbana son las principales preocupaciones ciudadanas, y en que las expectativas de los marplatenses para el futuro son mayormente pesimistas, ya que más del 60% anticipa que las problemáticas actuales se mantendrán igual o empeorarán en los próximos meses”.

“No alcanza con exprimir al máximo y abusar de la circunstancial mayoría automática que hoy detenta el oficialismo en el Concejo Deliberante, ni con rodearse de obsecuentes o algunos vivillos que están al acecho para hacer negocios. Es imprescindible, si se piensa un poco más allá del día a día, escuchar con un poco menos de soberbia a quienes piensan de manera diversa o tienen planteos de alternativa, y valorizar a aquellos que, como las Universidades o los Colegios Profesionales, pueden aportar miradas superadoras, que ayuden a construir el mejor futuro posible, utilizando al Plan Estratégico como un ámbito permanente de diseño de esas políticas de desarrollo”, expresó el ex concejal alfonsinista Mario Rodríguez, integrante del Frente Amplio por la Democracia.