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Miles de fieles, marplatenses y turistas, participarán de esta fiesta que es la segunda más grande del mundo, el domingo 5 de febrero. A las 19,30 partirá la procesión desde Las Heras y la costa hasta la Playa Popular II para entregar las barcas y las ofrendas al mar. Cultura, religión y turismo en un sólo acontecimiento que ya es un clásico en el verano local.
Como desde hace décadas, en cada primer domingo de febrero en Mar del Plata, se realiza la Ceremonia a la orixá africana Iemanjá, regente del agua de mar, patrona de pescadores y protectora de la vida.
La trigésimo novena edición tendrá lugar el 5 del próximo mes a las 20 en la Playa Popular II, de San Martín y la costa. La procesión que encabezará la imagen partirá a las 19.30 desde el playón del Provincial, lindante con la Pileta Cubierta, a la altura de Las Heras.
Esta verdadera fiesta, que cuenta con la Declaración de Interés Turístico Permanente del EMTUR, de Turismo de la Provincia de Buenos Aires, de Interés de la Secretaría de Cultura de General Pueyrredon, el aval de la Defensoría del Pueblo y de la Secretaría de Derechos Humanos provincial, desde su primera edición es organizada por el babaloríxá Hugo Watenberg, presidentre del Centro de Estudios Africanistas e Ilé Reino de Iemanjá Bomí.
La inscripción en la cultura y tradición
Cuenta la leyenda que Iemanjá nació en el río Ogún en Nigeria y se adueñó de las profundidades del mar, en el reino de su padre, Olokun, cuando los africanos fueron esclavizados y forzados a cruzar el océano. Dandalunda, Janaína, Marabô, princesa de Aiocá, Inaê, Sereia, Mucunã, María, dona Iemanjá, son algunos de los nombres que recibe la orixá que cada 2 de febrero se le rinde culto con ofrendas de alimentos flores, perfumes y joyas.
En nuestra ciudad, la conmemoración es considerada la segunda en importancia en el mundo, después de Salvador de Bahía, Brasil, y se lleva a cabo el primer domingo de febrero, habida cuenta de las miles de personas que llegan desde todos los puntos de Argentina y desde otros países.
Para los integrantes de la religión Yoruba hay un solo dios llamado Olodumare, único y creador de todo lo existente. Pero creen en los Orixá, que se representan en cada espacio de la naturaleza como la más pura manifestación dentro del campo energético. Iemanjá en el mar.
“Para hablar de africanismo, primero tendríamos que hacer una revisión histórica”, explica Babá Hugo Watenberg, máximo referente del Ile Reino Iemanjá Bomi en Argentina que en Mar del Plata cuenta con seis templos. Es que la historia de la adoración de Iemanjá en Latinoamérica se remonta a finales del siglo XVI, cuando comenzó a aparecer la población africana que era esclavizada por los “conquistadores”.
Cuando llegaron a América, a las personas esclavizadas se les impidió cultuar a sus orixás y se los obligó a venerar al del culto católico. Para no abandonar sus creencias, pretendieron brindarlo a las imágenes católicas aunque, en la más absoluta intimidad, continuaron adorando a los propios.
Producto del tráfico de esclavizados, la cultura y religión Yoruba se expandió y adoptó diferentes formas sincréticas. “Cada culto a los orixás tiene su particularidad. Iemanjá es la orixá femenina más importante, considerada la virgen de los navegantes, la protectora del hogar, la diosa de la fertilidad o la madre de los peces y la fecha en la que se la conmemora coincide con la de Nuestra señora de los Navegantes en el catolicismo.
En Argentina, las primeras manifestaciones africanistas datan de fines de los años sesenta, provenientes de Brasil y Uruguay. En 1978, el gobierno de facto estableció el registro de culto y allí se constató que la religión Yoruba tenía fieles practicantes. “Fue algo que hizo la dictadura para controlar la Iglesia, no nos engañemos”, advierte Watenberg
“Para la religión Yoruba no existe el demonio, ni el infierno, ni el pecado. Eso fue lo primero que me interesó y por lo que comencé este camino”, recuerda el Babá Hugo quien es un hijo de Iemanjá ordenado en Porto Alegre, proveniente de una familia judío – ortodoxa patriarcal que a los 18 años se convirtió, a pesar de las negativas familiares, al africanismo y fue uno de los primeros que trajo la religión Yoruba a la Argentina.
En 1977, antes que se creara el registro de culto, ya había sido ordenado y junto a cuatro amigos participaba de un tributo a Ogum, el Orixá de la energía, cuando integrantes de un comando de tareas irrumpió en el departamento y los llevaron a todos a bordo de un Falcon verde. “Estuve detenido desaparecido durante cuarenta días por practicar la religión”, cuenta.
En su última edición, antes de la pandemia, la Ceremonia contó con la presencia de 14 mil personas, según el cálculo oficial de autoridades y la prensa.