El último 13 de abril, el Congreso de la Nación sancionó la Ley de Alcohol Cero, una normativa que prohíbe la presencia de alcohol en sangre al conducir sobre rutas nacionales. El texto fue ampliamente discutido, sumando apoyos y rechazos en distintos sectores de la sociedad. Hoy, a casi cinco meses de su aprobación, Mendoza sigue sin adherir a la Ley, y en las rutas nacionales que atraviesan a esta provincia se permite un alcoholímetro de hasta 0,5 gramos de alcohol en sangre. ¿Por qué?

Fue casi instantáneo: desde que se aprobó, el gobernador mendocino Rodolfo Suárez avisó que se terruño no se iba acoplar a la norma. “No va a haber ningún cambio porque tenemos la ley provincial y el tránsito es una facultad de las provincias, que en este caso, no está delegado” explicó oportunamente Orlando Corvalán, titular de la Dirección de la Unidad Ejecutiva de Seguridad Vial de esa provincia.

El desarrollo industrial y las economías regionales componen algunos de los motivos que sustentan esta postura. “Defendemos a las más de 100 mil personas que trabajan en la industria en Mendoza y el propio sector ha dicho que Alcohol cero les afectará” anunció el gobernador.

El sector vitivinícola es potente y creciente en la provincia. A cifras oficiales de 2020, allí se produce el 78% del vino nacional y concentra más del 70% de la superficie implantada del país, lo que se estima genera más de 105 mil puestos laborales. El temor, puntualmente, es que con la Ley de Alcohol Cero caiga el consumo y la venta de vino.

Por esas características económicas, Mendoza es capital nacional del vino. Como tal, recibe cada año a miles de turistas de Argentina y el mundo que van a disfrutar de la experiencia y los productos que ofrecen sus viñedos.

El objetivo principal de la ley es alternar la siniestralidad vial en el país. De hecho, consta de un único artículo, que modifica la Ley de Tránsito 24.449 y dicta que “queda prohibido conducir cualquier tipo de vehículos con una alcoholemia superior a cero miligramos por litro de sangre”.

Los siniestros viales registrados con alcoholemia positiva se han dado con cifras mayores a 0,5 gramos de alcohol en sangre. Por ese motivo, tanto la gobernación como representantes legislativos mendocinos argumentan que aplicar la Ley no tendría mayores efectos sobre el tránsito.

Finalmente, Mendoza se rehúsa a implementar la normativa también por los beneficios que el vino tiene para la salud de las personas, dentro del consumo moderado. “Se permiten dos copitas y media de vino, que es bueno para la salud y el colesterol, y no afecta a la conducción. No es un capricho, hasta 0.5 (gramos) es prudente”, sostuvo el gobernador Suárez.