Autoridades de los ministerios de Educación de América Latina y el Caribe se reunieron en Chile donde acordaron “trabajar para recuperar lo perdido durante la pandemia”, y reactivar y transformar los sistemas educativos, informó hoy la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
“Este encuentro marca un nuevo hito en nuestra historia de cooperación regional en materia de educación y trae un compromiso renovado hacia la acción colectiva a favor de la recuperación, la reactivación y la transformación educativa sin perder el norte, que es el derecho a la educación”, dijo la directora de la Oficina Regional Multisectorial de la Unesco en Santiago, Claudia Uribe, en referencia a la reunión ministerial de Educación que emitió la “Declaración de Santiago 2024”.
El texto fue oficializado tras la Reunión Extraordinaria de Ministras y Ministros de Educación América Latina y el Caribe “Del compromiso a la acción”, realizada en la ciudad de Santiago de Chile el 25 y 26 de enero pasados en la sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Del encuentro participaron autoridades de educación y finanzas de 30 países con el fin de acelerar el logro de las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS4) y la Agenda 2030, precisaron.
El documento reafirma el compromiso de los Estados con los acuerdos previos en instancias ministeriales, renueva el compromiso con el derecho a la educación y las metas del ODS4 y marca el rumbo para políticas regionales educativas con ejes prioritarios en la reactivación, recuperación y transformación, remarcaron desde la Organización de las Naciones Unidas.
La cita ocurrió a 60 años de la Conferencia sobre Educación y Desarrollo Económico y Social en América Latina, coincidiendo ambos eventos en temas como la influencia de la educación en el desarrollo y el planteamiento de nuevos retos de política pública y de trabajo colaborativo, resaltaron.
- La Declaración de Santiago 2024 se hizo eco de las declaraciones anteriores, destacando que la educación “es un derecho humano fundamental y que su ejercicio contribuye a asegurar otros derechos, reducir desigualdades y fortalecer a las comunidades”, subrayó la Unesco.
El texto incluyó, además, el compromiso de trabajar para asegurar la sostenibilidad financiera de las políticas educativas como un elemento catalizador para avanzar hacia las metas del ODS4, y para establecer políticas innovadoras que enfrenten tanto los efectos de la pandemia que exacerbaron las desigualdades educativas y restringieron el acceso a la educación, principalmente a grupos en situación de vulnerabilidad, como los desafíos anteriores a ella, precisaron.
En particular, la declaración llamó a fortalecer la respuesta a emergencias y crisis prolongadas y a prestar atención a la asistencia y revinculación de quienes se quedaron fuera o abandonaron prematuramente el sistema educativo, concluyeron.