Los padres de Vincent Lambert recurrieron hasta a la ONU para evitar que los médicos dejen de atender a su hijo y así el caso se convirtió en un emblema en el debate por la eutanasia.
El médico que atiende al francés Vincent Lambert, quien vive en estado vegetativo hace más de 10 años, le anunció a la familia del hombre que detendrá su tratamiento en dos semanas para dejarlo morir.

El caso de Lambert, de 42 años, se convirtió en un símbolo en el debate por la muerte digna a raíz de la lucha de sus padres, quienes apelaron a las Naciones Unidas para pedir que no le retiren la asistencia médica a su hijo.

Lambert era enfermero psiquiátrico de profesión hasta que en 2008 tuvo un accidente vial en el que sufrió un traumatismo craneoencefálico que lo dejó tetrapléjico y absolutamente dependiente.

En 2011, los médicos descartaron toda posibilidad de mejora y en 2014 su estado fue calificado de vegetativo.

Esta semana el doctor Sánchez del hospital de Reims le comunicó a los abogados de los padres de Lambert su intención de ejecutar la decisión de desconectar al hombre en la semana del 20 de mayo.

La interrupción del tratamiento fue autorizada en abril de este año por Consejo de Estado -máxima instancia de la justicia administrativa- y avalada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Los abogados de los padres de Lambert, Jean Paillot y Jérôme Triomphe, señalaron que “si esa decisión se ejecutase, Lambert moriría en unos días” e invocaron la petición que hizo a Francia hace cinco días el Comité de la ONU sobre los derechos de las personas con discapacidad de suspender cualquier decisión a la espera de que se examine el fondo del caso.

Pero el gobierno francés, que había dicho que respondería al organismo internacional, entendió que se agotó el recorrido jurídico del caso tras emitirse la respuesta del Consejo de Estado.

Para los abogados “no hay ninguna urgencia médica para detener la alimentación e hidratación de Vincent Lambert”, y “nada justifica una violación vergonzosa del derecho internacional y las medidas provisionales reclamadas por la ONU”.

En la propia familia del paciente, los padres, la hermana y un hermanastro son partidarios de mantenerlo vivo de forma artificial, mientras que su esposa, cinco hermanos y hermanas y un sobrino se oponen a prolongar su tratamiento por considerarlo “ensañamiento terapéutico”.

M1

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