Óscar Romero firmó hoy su rescisión de contrato, que vencía a fin de año, y seguramente seguirá su carrera en el exterior, más allá del interés de San Lorenzo en contar con sus servicios.

El volante paraguayo jugó 65 partidos en Boca, anotó 4 goles, ganó tres títulos y expresó hoy que su desvinculación se dio “en muy buenos términos, me voy contento y nunca me olvidaré de Boca”.

Su salida es importante para la dirigencia “xeneize” porque es el primer cupo de extranjeros que se libera y eso abre las puertas para el esperado arribo de Cavani.

Y más si se tiene en cuenta que el venezolano Jan Hurtado, quien el martes había dado su palabra para irse a la Liga de Quito, hoy dijo a los integrantes de la secretaría de fútbol que por un tema familiar lo tiene que volver a pensar y que no está decidido de irse a Ecuador.

Así las cosas, la llegada del delantero uruguayo depende ahora de su desvinculación del Valencia de España, ya que el futbolista tiene un contrato que vence el 31 de diciembre de 2024 por un valor de 3 millones de euros. Cavani sabe que Valencia, que ya avisó que no lo tendrá en cuenta, también necesita su salida para poder comprar otro jugador.

Para Boca, la llegada del “Matador es prioridad en este mercado de pases, con los octavos de final de la Copa Libertadores ante Nacional de Montevideo a la vuelta de la esquina.

Si el futbolista no puede llegar antes del 31 de julio, cuando cierra la inscripción para la Libertadores, Boca tomará la decisión de pagar la multa correspondiente y hacerlo fuera de término.

Además, Boca busca un marcador central, un volante y un extremo, y el que interesa para esa posición es Diego Valoyes, quien juega en Talleres de Córdoba.

Por último hay una traba impositiva que no permite que Alan Varela pase al Porto de Portugal, que pagará 9 millones de dólares, más 3 millones y medio por objetivos y 20 por ciento por plusvalía.

Según informó el diario portugués A Bola, la dirigencia “xeneize” pretende recibir una parte del monto total del pase con el objetivo de comenzar a pagar ya mismo los impuestos sobre la venta del jugador.

Sin embargo, por el lado del Porto buscan estirar el primer pago del jugador y comenzar a abonar la compra a partir de septiembre por una razón de fair play económico. Este mínimo detalle es lo que frena el acuerdo, aunque en Boca son optimistas y creen que la operación se realizará.

(Fuente: Télam)