Más de 200 argentinos que estaban por retornar a la Argentina en un vuelo desde Miami de la empresa LATAM, la tarde del sábado 4 de enero, vivieron momentos de pánico al incendiarse una de las dos turbinas del avión. Mediante un comunicado, la empresa lamentó «las molestias ocasionadas a los pasajeros»

Los pasajeros de un Boeing 767-300 relataron lo que ocurrió al momento del despegue y denunciaron que sufrieron malos tratos de parte de la compañía. La aeronave la empresa LATAM inició el carreteo previo al despegue del vuelo 7821, con destino a Buenos Aires y se produjo «un fogonazo» en una de las turbinas, por lo que los pasajeros ubicados en la parte trasera del avión comenzaron a desesperarse.

«En ese momento se iniciaron las corridas y el pánico, mientras desde afuera intentaban apagar las llamas. Luego apagan el fuego y nos mandan a sentar sin ningún tipo de explicación, pero cuando el piloto quiso mover otra vez el avión, hay otro fogonazo y llamaradas», contó una pasajera del vuelo en declaraciones a la agencia Télam. Asimismo, agregó: «Me quedé helada no podía reaccionar».

«Estuvimos muchas horas en el aeropuerto, luego nos pagaron el alojamiento y nos dieron tickets que no nos alcanzaban ni para pagar el desayuno, situaciones ridículas de ofrecernos un vuelo de 29 horas con escalas, gente con conexiones que perdieron sus pasajes y les dijeron que paguen y después reclamen, mientras que había dos personas para reprogramar los vuelos para 228 pasajeros», explicó. «Resolvimos que cuando lleguemos a Buenos Aires iniciaremos acciones legales por el maltrato y los daños ocasionados tanto psicológicos, económicos y laborales», completó.

Por su parte, otra mujer identificada como Brenda Rodríguez, acotó: «Tras más de 40 minutos dentro de la aeronave y con la tripulación de LATAM queriendo minimizar la situación, abren las puertas para que podamos salir, en el medio las corridas y el pánico de la gente, algunos niños que le preguntaban a sus padres si iban a morir y muchos con crisis nerviosas».

En ese marco añadió: «La empresa reprogramó el vuelo para mañana (domingo). Muchos no querían volver a viajar por esta aerolínea. Algunas familias fueron separadas y una mujer tuvo que viajar sola a Lima y otra familia a San Pablo, cuando el vuelo era directo a Buenos Aires».

Los pasajeros denunciaron que la tripulación «no les explicaba lo que sucedía» y que «sólo veían llamaradas desde las turbinas», mientras que muchos al bajar se encerraron en los baños con ataques de angustia».

Imagen ilustrativa-NAE