Hablaba por teléfono con su esposo y escuchó cómo daban la orden para que le dispararan.
La víctima es un ex comisario.
“Pegale un tiro”, fue la frase que escuchó Antonia Zerrizuela por el teléfono mientras hablaba con su esposo el jueves pasado en la localidad tucumana de Lastenia. Después de ese escalofriante momento todo fue silencio e incertidumbre para la mujer, quien inmediatamente hizo la denuncia ante la comisaría local sin imaginarse el trágico final.
Tras un operativo de búsqueda, el hombre fue hallado muerto horas después a la vera de la ruta provincial 302, en el departamento tucumano de Cruz Alta. El cuerpo estaba con el torso desnudo, tenía al menos un disparo y estaba junto a su camioneta.
La víctima fue identificada como Carlos Miguel Ovejero, un comisario retirado de 56 años que trabajaba actualmente como guardia de seguridad de un grupo empresario local. La esposa había denunciado el jueves que el hombre había salido de la casa de sus padres, en San Andrés, hacia su trabajo, pero que no supo nada más después de escuchar por el teléfono cómo alguien daba la orden para que lo ejecutaran.
Si bien todavía es un misterio, la principal hipótesis que manejan los investigadores es que se trató de un crimen en ocasión de robo. Por el momento se esperan filmaciones de varias cámaras que podrían haber registrado el recorrido de Ovejero y así determinar en qué momento tuvo contacto con quienes fueron sus asesinos. En el caso intervino la Fiscalía Especializada en Homicidios, a cargo de Adriana Giannoni.
El robo ocurrió, de acuerdo con datos de la investigación señalado por el diario La Gaceta, alrededor de la 1 de la madrugada en una rotonda de la comuna de San Andrés. De hecho en ese lugar se encontró el primer charco de sangre.
Por eso creen por el momento que la víctima fue abordada por los delincuentes, recibió el disparo y herido, comenzó a perseguirlos hasta que perdió el control del auto y chocó en el lugar en el que finalmente sería hallado.
“Ayer (por el jueves) estuvo en la empresa entre las 19 y las 20. Habló con los colegas de la portería. Era un colaborador en el área de seguridad”, explicó Martín Luque, titular de la empresa para la que trabajaba. “Le pedíamos que hablara con la Policía y los vigías de Banda del Río Salí. A varios empleados le robaron la moto en la rotonda. Esta zona es bastante peligrosa, agregó en diálogo con el diario.
Infobae