Por el Dr. Diego Giberto (Laboratorio de Bentos, Programa Ecología Pesquera) y la Dra. Nora Montoya (Programa Química Marina y Marea Roja) – INIDEP-
La babosa de mar moteada (Pleurobranchaea maculata) es un molusco invasor proveniente de la región de Oceanía (Nueva Zelanda y Australia). En nuestro país fue encontrada principalmente en Puerto Madryn y en el puerto de Mar del Plata. Dicha especie habita la zona conocida como “submareal” (son aquellos fondos marinos que no quedan expuestos cuando baja la marea, estando permanentemente sumergidos), pero se la puede llegar a encontrar ocasionalmente en la playa como una integrante más de los ya conocidos “arribazones” (junto a algas, hidrozoos, caracoles y cangrejos).
La especie puede llegar a medir hasta cerca de 10 cm y se alimenta activamente de anémonas de mar en su ambiente nativo. Uno de los aspectos que ha acaparado la atención del público es que puede acumular diferentes tipos de toxinas que conllevan un riesgo sanitario.
Las toxinas que se encuentran en esta especie se hayan tanto en adultos como en sus huevos. En Argentina, Farías y colaboradores* realizaron estudios en ejemplares colectados en Mar del Plata, en un sector de plataforma bonaerense y en Puerto Madryn, detectando neurotoxinas correspondientes a dos grupos: toxinas paralizantes de moluscos y tetrodotoxinas. Las primeras, son frecuentes en Argentina, producidas por microalgas y asociadas a fenómenos conocidos como “mareas rojas”, que han ocasionado intoxicaciones humanas por consumo de bivalvos. Por otro lado, las tetrodotoxinas no son frecuentes en nuestros mares y son conocidas en el mundo por el envenenamiento que se produce casi exclusivamente a partir de la intoxicación por consumo de peces globo, aunque hoy en día se sabe que se encuentra en otros organismos marinos.
Si bien se han registrado casos de intoxicaciones de perros en Nueva Zelanda, aparentemente luego de la ingesta de babosas moteadas en la playa, en nuestro país no tenemos aún registros concretos de dicho fenómeno.
Aunque el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP) no ha llevado a cabo estudios sobre dicha especie en particular, ante la ausencia de evidencia científica pública no podemos confirmar que las muertes de perros registradas en distintas localidades costeras bonaerenses se deban a la ingesta de dicha babosa. Tampoco se puede descartar que la muerte de los perros podría deberse a la intoxicación por algún tipo de neurotoxina, aunque para ello es necesario llevar a cabo una necropsia en los animales. En nuestras costas es frecuente que los bivalvos acumulen toxinas de microalgas, debido a ello se decretan vedas al consumo y recolección de berberechos, mejillines y almejas, entre otros.
Dado que la intoxicación no se produce por el contacto con dichos invertebrados, sino que debe ser ingerido, se sugiere extremar las precauciones cuando se producen los fenómenos de arribazones en nuestras playas, poniendo especial atención tanto en niños pequeños como en perros para evitar el consumo de dichos organismos. En conclusión, no hay motivos para alarmarse, si no simplemente hay que prestar un poco más de atención en la playa para evitar este tipo de situaciones.
Fuente: Inidep
Foto: inaturalist.org