Por Lara Franco.
En el barrio Caribe faltan espacios públicos, es decir, un lugar que sea de todos y todas, para disfrutar con los chicos, con los amigos y la familia. La Fundación “Yo Soy Porque Nosotros Somos” ,en su relación con el grupo de investigación Ciencia y Tecnología del habitar popular, dirigido por el arquitecto Fernando Cacopardo, articuló con una cátedra de diseño arquitectónico de la FAUD UNMDP, el taller Austral, bajo la responsabilidad del prof titular arq. Eugenio Fernández, para diseñar un espacio público en el barrio popular el Caribe. El marco de trabajo conjunto parte de un Proyecto de Obras Tempranas financiado por la Secretaría de Integración Socio-Urbana (perteneciente al ex Ministerio de Desarrollo Social de la Nación), ejecutado por la Fundación, que consiste en la construcción de veredas y un espacio deportivo y recreativo, además de la construcción de baños y cocinas en algunas de las viviendas. El diseño cuenta con un espacio abierto y otro cerrado, con la intención de poder generar ferias o facilitar cuestiones de salud, entre otras necesidades de la comunidad.
La familia de un vecino que ya no está en este plano donó su terreno para la comunidad, un gesto de grandeza en estos tiempos que corren, y hoy la plaza ya está llegando casi al 90% se su ejecución, se prevé que en 40 días aproximadamente, podría ser la flamante inauguración. Pero, ¿cómo llegamos hasta aquí?
La Universidad Nacional de Mar del Plata y la Fundación “Yo soy…”trabajan de forma articulada en el barrio Caribe. Eugenio Fernández es profesor titular del taller Austral (UNMdP) y presentó hace un tiempo un proyecto de extensión vinculado al espacio público en nuestra ciudad, porque la “necesidad de ampliar espacios públicos en áreas periféricas es vital ante la falta de lugares de calidad”, detalló.
“Había que dar una respuesta social que estuviera dentro del marco de los objetivos pedagógicos del taller vertical de diseño arquitectónico que va de segundo a cuarto año. La vinculación con el grupo de investigación de Fernando Cacopardo y la perspectiva común en donde primó una forma de trabajo basado en el diseño colaborativo o codiseño, en donde las necesidades estén definidas a partir de una relación dinámica y dialéctica entre la sociedad, los promotores de la construcción y el taller de diseño. Fue una alianza que generó un proyecto de extensión desde el taller de la facultad y el trabajo territorial del grupo de investigación y la ejecución de la obra por parte de la fundación permito que el destino de este trabajo articulado sea el barrio Caribe porque había un terreno donado por una persona que había fallecido y quería que ese espacio sea público,” contó ante el micrófono de MdpYa.
Hablando sobre experiencias, el docente explicó que la principal demanda que tiene la universidad es que las y los estudiantes “piensen”, que estén capacitados para resolver problemas de arquitectura que suelen ser muy variables, para lo cual no es preciso necesariamente ir a un barrio vulnerable, porque problemas se puede encontrar en cualquier parte, “pero si es muy importante conocer la totalidad de la conflictividad de la ciudad, por eso enseñamos a reconocer estructuras urbanas, falencias urbanas y oportunidades de diseño de proyecto que en este caso tiene un agregado, porque nuestros proyectos deben ser construidos, algo inédito, porque no había proyectos construidos de estudiantes, esto se logró gracias a Soporte”, destacó.
- Cabe destacar que la plaza está siendo construida con fondos públicos, el proyecto es parte de un POT de la SISU, que pertenecía al Ministerio de Desarrollo Social.
El terreno donado en el barrio Caribe permitió un nuevo espacio público en la zona, una falencia grande en el armado del lugar. “Hicimos una plaza de todos”, dice Eugenio, en el marco de la creación de un espacio publico en una zona periurbana, ubicada casi en el borde rural. “Hubo una construcción de significado, hasta el nombre se eligió de forma participativa, lo eligieron los mismos vecinos”, relató el docente, en un intercambio fructífero en donde la universidad fue al barrio, y las y los vecinos a la universidad.
“Sin duda estos hechos mejoran la calidad de vida de la comunidad, los vecinos se encuentran con un lugar que ellos pensaron junto a nosotros y a Soporte, por lo tanto, representa los anhelos, el proyecto es contemplativo de las circunstancias que podrían ocurrir en un espacio pequeño como es una plaza, pero al ser la única plaza se convierte en un gran espacio. El barrio la denominó Plaza del Artesano, porque quien donó la plaza era un artesano, por lo que el derecho a la ciudad está representado en la construcción colectiva de este espacio, ubicado en Juan B. Justo y Wilde.”
Pero, ¿Cuál es la importancia de vincular a las y los estudiantes con las problemáticas de los barrios? Fernández explicó que es preciso que la facultad “toque tierra” para tocar realidades.
“Diseñamos y proyectamos manejando el campo de lo abstracto con mucha soltura y es muy importante para la creatividad, pero no es menos importante que estas cosas se construyan y deban ser reales, se maneja recursos, presupuesto, recurso humano, mano de obra, material disponible y el proceso de diseño se encontró con dos cambios en la materialización del proyecto porque en un momento Soporte nos dijo que había un material, pero finalmente había otro. La plaza se hizo de hormigón y entonces los alumnos tocaron directamente la realidad porque es lo que hay, tanto en las necesidades sociales como en lo material”, advirtió.
La arquitectura es el arte de construir
“Tiene una dimensión técnica y una dimensión social, inserta en una sociedad destinada a determinada cultura social. El valor que tiene para nosotros es ese, que los estudiantes toquen una realidad y proyecten a partir de ella. Ya no es una simulación con la cual se entrena en la facultad, sino con un hecho concreto, pasamos a que se haga y esa es la novedad absoluta de este trabajo”, dice Fernández, quien también agregó “hay muchas experiencias en donde arquitectos o colectivos voluntarios con estudiantes dan respuesta a este tipo de necesidades, sin bajar las obligaciones pedagógicas”, detalla sobre la creación de un lugar vital: lo público.
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