En los últimos días volvió hablarse del caso de la riojana Paula Sánchez Frega, quien en 2017, tras dar por terminada una relación conflictiva con Patricio Poli, se presentó en una comisaría y denunció haber sido víctima de una pornovenganza de su ex pareja. Su historia marcó un antes y un después, ya que por primera vez una situación así va a llegar a juicio.

Este jueves por la tarde, se inciará el debate en el Juzgado N° 3 de La Rioja contra Pili, que está acusado “coacción y lesiones leves calificadas”.

La razón por la que no se habla de “sextorsion” o “pornovenganza” en la causa, es simplemente porque al momento de la denuncia esas acciones no constituían un delito.

Serán un total de cinco audiencias en la que el juez Gustavo Farías determinará la responsabilidad penal de Poli, que podría una condena de dos a seis años de prisión por sus acciones.

Se estima que el veredicto final podría conocerse a mediados de diciembre.

Según datos de la Asociación Argentina de Lucha Contra el Cibercrimen (AALCC), en los últimos dos años hubieron casi 650 denuncias por pornovenganza y alrededor de 3.500 por sextorsión y se incrementaron un 20% y un 35%, respectivamente.

Lo que había contado la víctima de la pornoverganza
“Con mi consentimiento, él grababa nuestras relaciones íntimas. Yo no le preguntaba para qué, pero suponía que era para mostrárselas a sus amigos. A mí no molestaba, confiaba en él y pensaba que no pasaría de ese círculo”, afirmó Paula en su momento.

“Todo cambió cuando mi intimidad cruzó la frontera llegando a lugares como a Córdoba. Ahí fue que decidí denunciarlo y llevarlo a la Justicia”, afirmó.

Cómo Pioli desafió a la justicia
Pioli estaba con domiciliaria desde el 21 de noviembre por desobedecer la prohibición de salir de la provincia que le habían impuesto en la etapa de instrucción.

Se comprobó que el acusado asistió a una convención de tatuajes en San Juan a mediados de noviembre de 2019, a pesar de que la Justicia había rechazado su solicitud.

Las fotos de su participación, que fueron subidas en el Facebook oficial del evento, fueron utilizadas como pruebas irrefutables de su acto de rebeldía.

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