La Bolsa de Cereales de Buenos Aires calculó que la producción de la actual campaña caerá en 20 millones de toneladas, un 34% menos que en 2017
La producción de soja de la Argentina para la campaña 2017/2018, que concluye en julio, será la más baja en nueve años y significará una cuantiosa pérdida no solo para el agro, sino para toda la economía argentina.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires estimó que la cosecha argentina de la oleaginosa será de apenas 36 millones de toneladas, por debajo de los 38 millones estimados previamente, y 20 millones de toneladas menos que la campaña anterior.
A la histórica sequía, la mayor en 50 años, que asoló la zona núcleo este verano, le sucedió un otoño muy lluvioso, que también afectó la recolección. La producción esperada será la más baja desde los 31 millones de toneladas de 2009, cuando también golpeó a los campos la escasez de precipitaciones.
Hoy la soja se negocia en el mercado de Chicago a unos USD 365 por tonelada, lo que permite cifrar en unos USD 7.300 millones la pérdida para la Argentina en términos de divisas. Este es un cálculo a trazo grueso, pues las ventas del grano sin procesar son menos significativas que las del producto industrializado, como harinas o aceites derivados de la oleaginosa.
Argentina es el tercer productor y exportador mundial de poroto de soja, y líder mundial en ventas de aceite y harina de soja. Este último producto representa el 17% del total de exportaciones del país por todo concepto.
Por la sequía primero y las lluvias recientes, “se suman importantes problemas en la calidad del grano a cosecha”, explicó la Bolsa de Cereales porteña.
El analista técnico de mercados Ruben Ullúa comentó a Infobae que “el impacto en el ingreso de divisas es importante. La pregunta es si esto puede impulsar adicionalmente el precio de la soja a nivel local. Eso es relativo. Veo a la soja argentina como cara. Estamos en precios de venta a nivel local y el productor no debería especular”.
Sucede que la soja en pesos, en el mercado doméstico, se encareció por su escasez más allá de lo que subió el dólar y de la suba de la soja en el exterior, ante la necesidad de la industria local de contar con materia prima para elaborar productos derivados. Argentina cuenta en los alrededores de Rosario con el polo industrial cerealero-oleaginoso más grande del mundo.
El analista Manuel Alvarado Ledesma, de la UCEMA, indicó a Infobae que “en números gruesos, dado que gran parte de la producción se convierte en aceite y harinas para su exportación, y suponiendo un precio actual de USD 400 (FOB en Rosario), la caída en la entrada de divisas sería de más o menos 8.000 millones de dólares”.
El valor FOB (siglas del inglés Free On Board) es aquel que se percibe sin retenciones. En Argentina la soja amplió su brecha positiva en relación a la cotización de Chicago, luego de que China anunciara la disminución de sus compras de la oleaginosa a Estados Unidos.
“El ‘premio’ (del precio) en el mercado argentino es muy alto respecto de lo que son las cotizaciones en Chicago. Considero que ante la posibilidad de contratos de acá a junio, los productores cierren precios”, apuntó Ullúa, quien consideró que “la devaluación ayuda al productor y al Gobierno lo obliga a tener un tipo de cambio más alto” para incentivar la comercialización.
SEQUÍA LOCAL Y PRECIOS INTERNACIONALES
A diferencia de otras sequías, la presente no ayudó mucho a que los precios internacionales aumentaran en forma apreciable. Esto eliminó un factor de compensación para el productor local, que si vende menos cantidad, recupera en parte por hacerlo a precios más altos.
Según un reporte de Research for Traders, “la oferta global (de soja) continúa incrementándose, al tiempo que las órdenes de compra de granos desde China se recortan por primera vez en 15 años”, dinámica que neutralizó la suba de precios en Chicago, siempre receptivo a un menor aporte de Argentina al mercado global.
Además, Brasil producirá este año unos 118 millones de toneladas, más que los EEUU, país al que desplazará como mayor productor del mundo, y muy cerca de los 119 millones récord de la campaña anterior. Por encontrarse en el hemisferio sur, Argentina comparte el ciclo productivo y comercial con el país vecino –inverso al de los EEUU-: la merma de soja local fue ampliamente cubierta en el mercado por Brasil, que no sufrió sequía.
Para Dante Romano, experto de Austral Agroperspectivas, “los fondos especulativos habían exagerado mucho la suba por el factor Argentina, pero justo cuando se estaba ajustando a la baja, la pelea comercial entre EEUU y China le sumó USD 30 por tonelada al mercado”.
“Recordemos que la guerra de aranceles entre estos dos países terminó en un arancel a las importaciones de 25% para la soja norteamericana”, apuntó Romano.
J.Gasalla-infobae