A raíz de la fuerte inflación en alimentos, el conjunto de bienes cuyo consumo impide caer en una situación de precariedad total se encareció tanto como en 2002.

La Canasta Básica Alimentaria (CBA), que marca el límite de la indigencia, subió en febrero 10,1 por ciento en la Ciudad de Buenos Aires. Se trata de la primera vez que ese indicador aumenta dos dígitos en un mes desde que se cuenta con registros oficiales en el distrito. Si bien el Indec todavía no difundió el dato de inflación de febrero, cuyo capítulo de productos básicos determina el movimiento de las líneas de pobreza e indigencia, las consultoras privadas estimaron que el dato volvió a ubicarse cerca del 4 por ciento.

Los datos de la Dirección General de Estadística y Censos porteña dejan en evidencia un incremento mayor en los alimentos de primera necesidad por sobre el resto de los bienes y servicios de la economía, ya que el mes pasado el alza de la Canasta Básica Total (CBT), que marca el tope de la situación de pobreza, fue del 6,6 ciento, en tanto la Canasta Total (CT) que delimita a la clase media, lo hizo en un 6 por ciento, cuatro puntos porcentuales menos que los gastos de indigencia.

Una familia de cuatro integrantes que vive en la ciudad de Buenos Aires necesitó en febrero ingresos de por lo menos 85.259 pesos para no estar en situación de pobreza y de 47.048 pesos para no ser indigente, mientras que fueron necesarios 131.701 pesos para que fuera considerada de clase media. En todos los casos, los montos señalados no incluyen el pago del alquiler de vivienda ni de las expensas comunes, por no ser considerados gastos de consumo.

Si bien la Ciudad comenzó a difundir los datos de líneas de pobreza y canastas de consumo en enero de 2017, hay que remontarse a mediados de 2002 para encontrar un mes en el que los precios de los alimentos básicos en la Ciudad de Buenos Aires hayan registrado un aumento de dos dígitos.

Los datos del organismo de la ciudad de Buenos Aires se difundieron antes de que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) haga lo propio con las canastas básica alimentaria (CBA) y total (CBT), que marcan respectivamente los límites de la indigencia y la pobreza.

El incremento acumulado en los últimos doce meses también indica un mayor impacto para los sectores indigentes, ya que la CBA tuvo un alza interanual del 54,2 por ciento; la de pobreza, un 50,3 por ciento y la de clase media, un 51,9 por ciento.

Aumentos

Según los últimos datos del Indec, el tomate redondo subió 82,2 por ciento en enero, mientras que la lechuga lo hizo en un 51,1 por ciento y el limón, un 30 por ciento. La cebolla subió 11,3 por ciento; la papa, 14,2 y la naranja, 15,2 por ciento. Por otro lado, el pan de mesa avanzó un 11,8 por ciento y la harina de trigo, 5,7 por ciento. El arroz blanco lo hizo en un 5 por ciento; los fideos, 2,8 por ciento y el aceite, 3 por ciento.

La sal fina subió 3,2 por ciento y la gaseosa base cola, un 3,4 por ciento. El agua sin gas creció un 4,7 por ciento; el café molido, 6,2 y la yerba mate avanzó 3,9 por ciento. Entre las carnes, los cortes vacunos quedaron estables, aunque el pollo entero subió 2,6 por ciento y el filet de merluza hizo lo propio con un 9,1 por ciento.

En doce meses, los alimentos acumulan una suba del 52,1 por ciento. Leches y productos lácteos se encarecieron un 62 por ciento en el último año, mientras que verduras, tubérculos y legumbres lo hizo en un 62,4 por ciento. En esa línea también se ubica café, té yerba y cacao, con el 64,6 por ciento de suba anual.