Desde que Katerine se separó del padre de sus dos hijas vive un verdadero calvario. El hombre está detenido después de la última golpiza, pero la causa está caratulada como “lesiones leves” y puede recuperar la libertad en cualquier momento.

Katerine Bazan conoció a Alan Granado en el 2014, a los pocos meses de salir se fueron a vivir juntos a una casa en Melchor Romero, una localidad de La Plata. Lo que parecía una historia de amor, poco a poco se fue transformando en un verdadero calvario.

Meses después, Katerine quedó embarazada de su primera hija. Llevaba cuatro meses de embarazo cuando sufrió una pérdida y le pidió a su compañero que la acompañe al hospital.

“No seas exagerada, no es nada”, le dijo él. Ella comenzó a caminar sola hasta que el hombre la agarró por detrás, le rompió el celular y la empujó al piso.

“Justo pasaba un patrullero por la puerta de la casa y nos vio. Alan me dijo que no dijera nada porque se pudria, entonces les conté a los oficiales que no me sentía bien y que necesitaba ir al médico. Ellos me llevaron”, contó Katerine a minutouno.com.

Ese fue el primer registro de violencia que recuerda la joven de 27 años. También se acuerda que tenía miedo a denunciarlo fue la médica del Hospital Dr. Alejandro Korn la que hizo la primera denuncia.

“Estuve varios días internada por riesgo de aborto. No quería verlo y la médica que me atendió me preguntó por qué. Me vio los golpes en el cuerpo y le relaté la violencia verbal que venía ejerciendo hacia mí así que decidió denunciarlo”.

A las semanas Katerine volvió a su casa. Alan le pidió perdón y le aseguró que iba a cambiar.

“Yo le creí y volvimos a estar juntos”
Nació su primera hija y la violencia siguió aumentando. “No me dejaba ir a lo de mi mamá, verme con amigas. Hasta me decía cómo tenía que vestirme. Él me decía que no se me ocurra irme porque me iba a sacar a la nena. Yo le creí que había cambiado y volvimos a estar juntos”.

Katerine se sentía acorralada y lo perdonaba cada vez que él se disculpaba. “Me prometió que iba a hacer un tratamiento psicológico. A esta altura yo ya no sé si volvía con él porque le creía o porque le tenía miedo”, contó. Meses después de que nació su primera hija, Katerine quedó embarazada otra vez. “Ahí me quise ir varias veces pero me seguía amenazando. Me mataba a golpes cuando estaba embarazada”, agregó.

Apenas nació su segunda hija en 2016, la joven decidió separarse definitivamente. “Me fui de mi casa, no quería verlo más pero ahí empezó lo peor”, contó.

Fueron un total de 17 denuncias que hizo contra el hombre por golpes, maltrato y hasta intentos de homicidio. También tiene 8 denuncias por desobediencia a las restricciones perimetrales que se le imponían.

“Me tuve que mudar 6 veces el último año porque se aparecía en la puerta de mi casa o me dejaba mensajes dentro de mi casa como dándome a entender que podía entrar cuando quisiera. No puedo vivir tranquila. A principio de años me obligó a subirme a su taxi para molerme a palos. Me pega para matarme”, denuncia Katerine. A mi mamá le dijo que le iba a matar a la hija, a mí me dijo más de una vez:”Te voy a matar como a un perro, yo ya estoy jugado”.

17 denuncias, 8 desobediencias y una detención por “lesiones leves”
El 27 de mayo las cámaras de seguridad de Melchor Romero captaron el momento exacto en el que Alan golpea brutalmente a Katerine.

A la semana, Granado fue aprehendido y sigue detenido por “lesiones leves”. La causa la tramita la UFI 13 especializada en violencia de género a cargo de Mariana Ruffino. Katerine exige a la justicia que unifique todas sus denuncias porque Granado está detenido por el último hecho nada más.

“Necesito que tengan en cuenta todos los antecedentes previos. Por una causa de lesiones leves puede salir en cualquier momento. La causa tiene que estar caratulada como tentativa de femicidio”, dijo y agregó:”Si sale, me mata, ya me lo dijo varias veces”, explicó.

B.Gracía Crespo – m1