El horror comenzó la noche del 27 de junio. Camila Muller había llegado a su casa luego de dar clases. Ella es docente de ciencias sociales, pero se volcó al yoga y a la danza tras no poder tomar ningún cargo en el Estado. Asegura que desde 2014 no puede hacerlo, y sostiene que es por su participación en la Tupac Amaru, organización que lidera Milagro Sala. Hace dos semanas esta docente fue torturada y abusada sexualmente en su casa, luego de participar en protestas contra el gobernador y pre candidato a vicepresidente.
La noche del 27 Camila abrió la puerta de su casa. Pensó que quien había tocado era un amigo. Sin embargo, apenas abrió dos mujeres y un hombre la empujaron y la redujeron a golpes. Casi una hora duró la tortura. La ataron, la ahorcaron y abusaron de ella. “Dejá de mover el culo y de hacerte la revolucionaria, sos una puta”, le dijeron antes de irse.
Camila hoy está medicada, sufre de ataques de pánico y aún espera algún tipo de respuesta de la Justicia a la denuncia que, finalmente, presentó. Sus abogados interpusieron un hábeas corpus y presentaron una denuncia penal por los hechos de esa madrugada. Aún esperan por avances de parte de la Justicia jujeña.