Germán Gómez, el único acusado por despellejar vivo al cachorro Chocolate -que murió días después por las heridas recibidas- fue condenado a una pena de un año de prisión condicional. El caso movilizó a defensores de los animales de todo el país.

La condena fue la que pidió el fiscal Oscar Gieco; la querellante, la Fundación Bio Animalis (representada por la abogada Gretel Monserrat) reclamó la misma condena pero de cumplimiento efectivo.

Gómez fue imputado como autor del delito de violación de domicilio e infractor a la ley 14.346 (Ley Sarmiento), que establece una pena de un mínimo de 15 días a un año de cárcel por maltrato animal.

Chocolate fue despellejado vivo el 2 de enero del 2017 en la ciudad de San Francisco y murió después de agonizar ocho días a causa de las heridas recibidas; fue cremado y sus cenizas están en un memorial a metros de los Tribunales donde se realizó el juicio.

El perro era un cachorro de tres meses, hijo de una perra – llamada Samanta – que una familia adoptó después de encontrarla perdida. Tuvo cachorros y todos los animales quedaron en un departamento al cuidado de una pareja que les daba de comer hasta que volviera de un viaje la mujer que los cuidaba.

Gómez vivía al lado de esa casa y la sospecha es que atacó al perro porque le molestaba su llanto. Él siempre dijo que “nunca lo vio” y que sólo conocía a su madre, Samanta, “porque estaba encerrada en el porsche” de la casa lindante a su departamento.