Milagros Kalt tiene 17 años y fue vista por última vez el 26 de febrero en Oberá (Misiones). La adolescente dejó una carta pero nunca fue peritada.
Ya pasaron 100 días y la angustia e incertidumbre de los familiares de Milagros Kalt es cada vez peor. La adolescente de 17 años salió de su casa en la localidad misionera de Oberá el pasado 26 de febrero y nunca más volvió. Había denunciado meses antes a su tío por abuso sexual.
La adolescente vivía sola con su abuelo, en una vivienda ubicada en el mismo terreno donde también viven su tía y sus primos. En diálogo con El Territorio, su tía, Nancy Kalt, contó que ni el padre ni la madre de su sobrina se habían podido hacer cargo de ella por lo que creció bajo el cuidado de sus abuelos.
“El papá de Milagros es hermano mío y tuvo una relación casual con la mamá de ella, pero ninguno de los dos quiso criarla y cuando tenía un añito se la dieron a mis padres, que la criaron como si fuera su hija. Mi mamá murió hace seis años y se quedó a cargo de papá”, precisó la tía.
Milagros cursaba el cuarto año del Centro Educativo Polimodal 46 y soñaba ingresar a Prefectura Naval Argentina. “Es muy estudiosa, casi no salía. Tenía un noviecito, pero estaba mucho en casa”, remarcó la mujer. Pero el año pasado, en el mes de mayo, Milagros los sorprendió a todos con una grave acusación.
Con el asesoramiento de funcionarias de la Dirección de Niñez y Familia de la Municipalidad, la chica denunció que había sido violada por su tío paterno en la Comisaría de la Mujer y lo ratificó después en Cámara Gesell.
En aquel momento también, Milagros había recuperado el contacto con su madre biológica a través de las redes sociales y después de presentar la denuncia contra su tío se fue a vivir con ella en Garupá. Antes de que terminara ese mismo año, sin embargo, volvió a la casa de su abuelo y lo hizo con otra versión: sostuvo que había mentido sobre el abuso sexual.
“Lo único que sé es que yo no violé a mi nieta. Yo siempre le di todo. Lo otro no sé. Ella primero dijo una cosa y después dijo que mintió para poder irse con la madre, pero no le gustó allá y volvió. Solo ella sabe la verdad”, dijo al mismo medio su abuelo, Leonardo Kalt.
La carta que dejó Milagros antes de su desaparición
En la nota, ella decía que se iría a vivir a San Pedro y le pedía a su abuelo que no la buscara porque iba a estar bien. “Le pedí a Dios tener una familia, una familia de verdad y sé que él me va a escuchar. Él ve mi inocencia en esta situación. Dios no es injusto, abuelo, por eso tomo la decisión de irme y perdón por ser una carga para ti”, manifestó en la carta un 26 de febrero pasado, justo antes de desaparecer.
Según los familiares, esa nota fue entregada a la Policía y desde la Fuerza les informaron que siguieron sin suerte la pista de San Pedro. Aun así, ellos no recurrieron a los medios para difundir la búsqueda de la menor, como habitualmente sucede en este tipo de casos.
En los últimos días vecinos y allegados a Milagros reavivaron el rastreo mediante las redes sociales, aunque hasta el momento no hubo novedades concretas.
Milagros Micaela Kalt es de contextura física delgada, mide 1,70 metros de altura, es de tez blanca, tiene ojos de color celeste y cabellos castaños.