La fiscalía de Mar del Plata que interviene en la causa decidió archivarla “provisoriamente” al no reunir elementos suficientes para justificar una imputación. La madre asegura que el abuso fue intrafamiliar y exige respuestas.
En la tarde del 5 de enero del 2021, la hija de María del Carmen se iba a reencontrar con un compañerito de colegio en el departamento de Colón al 1800. La pandemia los había distanciado y no se veían hace mucho. Así que al escuchar el timbre, la mamá bajó rápido para no dilatar más la espera. Sin embargo, cuando regresó, la nena de once años ya no estaba en ningún cuarto: se había arrojado al vacío desde el sexto piso.
Entre la desesperación y el desconcierto, la mujer encontró cartas escritas y alcanzó a leer el último estado de whatsapp de la hija: “No quiero terminar con mi vida, quiero terminar con la de los que me hacen sufrir”. Las palabras recién cobraron sentido días más tarde, a partir de los resultados de la operación de autopsia. En el informe, los médicos advirtieron lesiones compatibles con un abuso sexual de “larga data”.
La confirmación llevó más dolor y sorpresa a María del Carmen, que nunca sospechó de circunstancia semejante. “Mi hija se suicidó porque a los 11 años se dio cuenta de cómo había sido abusada. Hay mensajes en donde ella le cuenta a una amiga y apunta a una sola persona pero lo que no dice es el nombre de quién fue. Solo dice que le contó a su papá y que su papá no le creyó, que prefirió creerle al amigo”, asegura la madre, en una entrevista con 0223.
El anonimato tampoco es casualidad sino que refleja la prueba de otro patrón de abuso sexual: el abuso intrafamiliar. “La psiquiatra determinó que el abuso era dentro de la familia y que no había intervenido gente de afuera. Ella me explicó que cuando los chicos son abusados por familiares tan directos nunca dicen el nombre, siempre hacen referencia a un ‘amigo’. De alguna manera, terminan encubriendo al abusador”, dice.
Con la certeza del abuso, la mamá después pudo comprender que la hija intentó compartir el dolor que precipitó su muerte en numerosas oportunidades. En el marco de la causa que tramita la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Nº7, varios de los dibujos que se creía que había hecho por diversión fueron sometidos a la mirada de un perito experto y allí también se encontraron manifestaciones claras del horror que la marcó hasta el final.
En uno de los dibujos, la nena se había representado con la boca abierta junto a la mamá: ambas permanecían sobre burbujas, sin manos y sin nariz. “El perito me explicó que, de alguna manera, ese dibujo representaba que yo no podía olfatear lo que ella no me podía decir”, explica María del Carmen, y ratifica: “En la mayoría de los dibujos de mi hija había partes de abuso”.
Antecedentes
María del Carmen tiene cuatro hijos y el más grande se suicidó hace siete años, a los 23, después de cortar con una novia. “Mi hija tenía 5 cuando pasó esto. Y hay conversaciones con la amiga en donde dice que ella quería no seguir con su vida pero que también sabía lo que yo había sufrido con ese primer suicidio y que no me quería lastimar”, revela.
En el último tiempo, incluso, la niña “vivía hablando” de su hermano mayor. “Hablábamos mucho porque el justo cumplía años el 1 de enero y entonces lo recordábamos. Ella siempre lo tuvo muy presente a él”, afirma la mujer de 48 años.
De todos modos, aclara que la hija no había trasladado estas manifestaciones a otros intentos de suicidio. “A partir de lo que pasó, abrí los ojos y empecé a recordar cosas que antes no veía. Jamás imaginé esto”, remarca, y agrega: “Mi hija era muy madura y adulta y siempre hablábamos de todo. De hecho, ahora le hablábamos con el hermano porque iba a empezar la secundaria con 12 años y le pedíamos que tenga cuidado porque iba a encontrarse con chicos más grandes”.
María del Carmen también dice que en el último tiempo la hija había profundizado la distancia con el papá, de quien se separó cuando ella tenía solo un año de vida. Entre los 9 y 10 años, según asegura, empezó a mostrar gestos evidentes de rechazo hacia el hombre de 55 años hasta que el último año dejo de verlo definitivamente, después de un Día del Niño.
La mamá de la niña abusada dice que vive un “infierno” desde hace un año y dos meses. Y, como si fuera poco, en el Día de la Mujer, se enteró de que la fiscalía “iba a encajonar la causa porque no tenían pruebas de cómo había muerto” la hija. “Esto me desbordó. Venía piloteándola lo mejor que pude pero esto me superó. No me esperaba algo así”, expresa.
“Hay muchas que no entiendo y que me están volviendo loca. En todo este tiempo hice silencio, como me pidió la fiscalía y la DDI, porque estaban investigando pero la verdad es que no estaban investigando nada. No puede ser que no tengan nada con todo lo que dejó la nena. Parece que la Justicia no está enterada de que la nena se suicidó y fue abusada. No investigaron el caso por abuso. La causa sigue caratulada por averiguación de causales de muerte”, cuestiona la mujer.
Ante la consulta del medio, operadores judiciales confirman el archivo de la causa aunque aclaran que la medida se toma a título “provisorio”, al no reunir elementos suficientes de prueba que justifiquen una acusación contra alguno de los allegados más cercanos a la niña. “Es claro que la nena estaba angustiada por el abuso y que habló a través del suicidio pero hoy no hay indicadores para sostener una imputación concreta”, señalaron.
La madre de la víctima, por lo pronto, ya conversó con su abogado y en las próximas horas presentará un escrito al Ministerio Público Fiscal para que se “active” la investigación por el abuso. Y mientras define las diligencias judiciales, también organiza una marcha hacia Tribunales para los próximos días. “Esto no puede quedar así. Voy a hacer lo imposible para que se sepa la verdad y se haga Justicia en nombre de mi hija”, promete.
Fuente: 0223