Los empresarios pyme coincidieron que la inestabilidad cambiaria alejó a los consumidores del mercado
Las ventas minoristas cayeron un 8% en agosto en comparación con el mismo mes del año pasado, medidas a precios constantes, y ya acumulan una baja anual de 3,7% en los primeros ocho meses del año, según los datos relevados mensualmente por la CAME.
“Frente a julio se desplomaron 11,2% sin desestacionalizar, que si bien, en parte, se explica porque agosto generalmente es más bajo en consumo que su antecesor, este mes influyó el pronunciado derrumbe de la demanda en general”, explicaron desde la cámara que agrupa a los comerciantes pymes.
Si bien todos los los rubros que componen la oferta minoristas se retrajeron, las caídas fueron más fuertes en bienes como alimentos y bebidas o medicamentos. “El consumo viene bajando sustancialmente en los últimos meses, pero dentro de toda la caída de las ventas minoristas preocupa especialmente la baja en las compras de alimentos”, destacó Domingo Roberto Torres, de la Unión Industrial de La Pampa.
En agosto el 68,4% de los comercios consultados por CAME tuvieron descensos anuales en sus ventas, solo 23% crecieron y el 8,6% se mantuvo sin cambios. A pesar de las ofertas en sectores como indumentaria, calzados, bazares, textil blanco y marroquinería, entre otros, eso solo ayudó a generar liquidez y evitar una reducción mayor. “La inestabilidad cambiaria alejó a los consumidores del mercado”, coincidieron empresarios consultados por la cámara, especialmente sobre fin de mes.
“Un canal de ventas que jugó fuerte en agosto, fue el online. Si bien cada vez más negocios lo introducen como modo de comercialización, porque la tendencia es mas a comprar desde ahí, fue notoria la aparición de proveedores ofreciendo al público a precios apenas superiores al que le venden al comercio, desplazando la intermediación minorista”, advirtieron desde CAME.
En el rubro electrodomésticos y artículos electrónicos, las ventas se derrumbaron 11,1% frente al mismo mes del año pasado. Y en lo que va del 2018 este sector acumula una reducción del 4,1% anual. “La salida de esos productos se vio muy retraída por la resistencia de la gente a endeudarse con las tarjetas. Se despacharon más que nada accesorios, y artículos de bajo valor. El que tenía que renovar electrodomésticos más importantes, puso la compra en compás de espera”, señaló el informe.
Para el caso de alimentos y bebidas, las ventas bajaron 4,8% anual y suman un achicamiento del 1,9% en los primeros ocho meses del año. “La gente va más al negocio de barrio, compra lo que necesita para uno o dos días y vuelve. Busca terceras marcas, comidas más económicas, prescinde de la bebida y de los productos complementarios”, explicaron desde CAME.