La crisis de Vicentín tuvo ayer un hito en materia gremial. Es que para respaldar a los trabajadores de la Algodonera Avellaneda, firma del Grupo hundida en serios problemas financieros, se reunieronn en un encuentro virtual Pablo Moyano, Sergio Palazzo, Hugo Yasky, Héctor Amichetti, Daniel Yofra, Victorio Paulón y Dionisio Alfonso, dirigente del Sindicato Aceiteros y Desmotadores Reconquista junto con delegados de la firma.
El cónclave fue el reencuentro de quienes supieron conformar el Frente Sindical para el Modelo Nacional contra las políticas del Gobierno de Mauricio Macri y hasta lograron lanzar medidas de fuerza que se sintieron con fuerza en aquel contexto. Sin embargo luego de las PASO del año pasado y con algunos debates y desgastes internos dejaron el sello que cayó en desuso.
El conflicto laboral en la Algodonera se mantiene desde febrero. Los operarios piden que le paguen los salarios y se actualice las remuneraciones que perciben que varían entre 20 y 25 mil pesos por mes. La última actividad que tomó trascendencia en los medios en esa batalla fue una protesta en la casa de Alberto Padoan, una de las cabezas del Grupo Vicentin.
Por su parte la firma, que sólo gestionó el pago del ATP, dejó a los operarios a su suerte. De hecho amenaza con cerrar la unidad productiva y dejar sin trabajo a 430 personas, lo que sería un golpe muy duro para toda la región por las consecuencias económicas.
Según explicó a Página/12 el ministro de Trabajo de la provincia de Santa Fe, Roberto Sukerman, Vicentin “está queriendo tapar con un árbol el bosque. La empresa plantea que no se sienta a negociar con los trabajadores porque Aceiteros no los pueden representar. Lo que tiene que ver con un conflicto de encuadramiento ya lo enviamos al ministerio de Trabajo de la Nación que es el órgano competente para dilucidar la cuestión. Pero, por otro lado, está el reclamo genuino de los trabajadores por sus sueldos”.
Más allá del tema puntual, el encuentro virtual puede representar el reagrupe de fuerzas del Frente Sindical pensando en encarar un año en el que deberá renovarse la conducción de la CGT y en el que los movimientos de los espacios políticos se aceleran pensando en el Congreso que se realizará a principios del año próximo.